El tabú de los tabúes: la lactancia tras la pérdida
Tenía 24 años cuando me quedé embarazada de mi primer hijo, Jael. A mis espaldas, siete años de incertidumbre obstétrica, operaciones uterinas y la sombra de la infertilidad pisándome los talones. Así que aquél positivo en mi Clearblue era lo mejor que me había pasado jamás. Empecé a amar a ese niño desde ese primer instante, sin medida, sin límites. Pero no tuvimos un principio nada fácil. Empecé a sangrar a las pocas semanas de gestación y el resto de…