Emociones y pareja: cuando la crianza nos distancia
Hoy hablamos de emociones y pareja y de cómo la crianza puede distanciarnos. Aprovechando que estos días se ha celebrado el Día de la Salud Mental Materna os planteamos: ¿qué emociones sentimos cuando nuestra pareja no cría como esperábamos? ¿Cómo nos afecta?
Es posible que tras nueve meses de embarazo te hayas preparado a conciencia para criar a tu criatura y, al llegar el bebé, te encuentres que tu pareja no cumple las expectativas que tenías sobre ella o que su forma de crianza no es la que desearías.
Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta una serie de cambios biológicos y psicológicos que la prepara para la gestación, el parto, el posparto y la futura crianza de su bebé. Esta transformación se llama matrescencia. Estos cambios a nivel cerebral pueden mantenerse hasta seis años después del parto, según estudios del grupo NeuroMaternal, liderado por Susana Carmona.
¿Pero qué pasa en el caso de la pareja?
En el caso de la pareja que no ha gestado, los resultados de los estudios sugieren que los cambios en su cerebro no comienzan hasta después el parto y dependen de la interacción que tenga con la criatura. Es decir, la madre gestante le lleva a su pareja cierta “ventaja” en el tiempo.
Pero además de estos cambios neurobiológicos, a la hora de convertirse en madre y padre influyen otros aspectos: socioculturales, de educación y de nuestra propia historia familia, como nuestra propia experiencia como hija o hijo. Hay personas que repiten los patrones de crianza que han recibido, mientras que otras necesitan alejarse de la experiencia de cuidados recibida. También tiene una gran influencia en la manera de criar los roles de género y la cultura y sociedad en la que vivimos.
Con todo este contexto, es habitual que, incluso en parejas que eran igualitarias antes de tener criaturas, se produzca un desequilibrio en cómo nos adaptamos a la maternidad y paternidad. A mayor desequilibrio, más dificultades, lo que afecta enormemente a la salud mental de la pareja.
¿Cómo me puedo sentir?
Maternar en una sociedad que no es amable con los bebés y las madres es extremadamente difícil, pero lo es más si añadimos poca corresponsabilidad en la pareja. La falta de descanso de la crianza que causa la demanda intensa de cuidados y las pocas horas de sueño puede llevarnos al límite emocional. Y no encontrar el apoyo necesario dentro de nuestro hogar o en el entorno familiar puede agravar esta situación y causar un gran malestar psíquico. Lo es más si atravesamos procesos difíciles, como una lactancia con dificultades o un posparto duro, y nuestra pareja no está en sintonía con nuestras decisiones.
Cada mujer puede expresar estas emociones de manera diferente. Hay quien las vive desde una enorme tristeza y quien las transforma en enfado y rabia. Todas las emociones son válidas. Es importante encontrar los recursos adecuados para acompañarlas y buscar en nuestro entorno una red y tribu que nos sostenga.
¿Cómo tratar el tema con la pareja?
Se requieren grandes esfuerzos para conseguir llegar a acuerdos con la pareja. Es importante compartir la necesidad de atención y cuidados que requiere el bebé y explicar cómo nos sentimos ante esta situación. Para ello, es necesario poner foco y energía en una buena comunicación, lo que puede ser difícil debido a la demanda que requiere la crianza y los pocos espacios disponibles para hablar.
A la hora de mantener este tipo de conversación es recomendable una comunicación asertiva con la pareja, en la que no solo se debatan aspectos logísticos de la crianza. Es fundamental también poner sobre la mesa la vivencia emocional de cada uno y la propia relación de pareja.
¿Crees que necesitas ayuda?
Si quieres que te acompañemos en este proceso puedes pedir una consulta online con nuestra psicóloga perinatal Noelia Extremera o participar en sus talleres online de emociones en el posparto. También tienes más información sobre maternidad en nuestra app gratuita LactApp.