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Cortar el frenillo: ¿es la solución definitiva?

Cortar el frenillo: ¿es la solución definitiva?

Hemos visto recientemente que ha aumentado la polémica respecto a cortar o no los frenillos de los bebés, y no queremos dejar de posicionarnos al respecto para que podáis tener toda la información posible a vuestro alcance. 

La atención a la lactancia es compleja y durante mucho tiempo (y aún hoy en día) se han tenido muy pocos recursos y soluciones para atender al dolor y a otros problemas de la lactancia.

¿Qué puede provocar un frenillo lingual corto?

El frenillo lingual restrictivo puede limitar los movimientos de la lengua y por lo tanto ser el causante de dolor durante la toma así como de otras situaciones, como la dificultad de la producción de leche (tanto por poco como por demasiado) o más riesgo de tener mastitis. Además, el bebé puede presentar dificultades en el aumento de peso, rechazo al pecho o realizar tomas extremadamente largas y poco efectivas.  Todo esto es algo que hace mucho tiempo. En esta entrada puedes leer más sobre estas repercusiones sobre el frenillo lingual corto.

Aún así, han sido estas últimas décadas que gracias a las iniciativas para mejorar las tasas de lactancia, se ha dado un poco más de luz a la necesidad imperiosa de atender a la lactancia. Muchos profesionales se han formado en lactancia así como en la implicación del frenillo lingual restrictivo en ella y en el desarrollo de la boquita del bebé.

La formación de los profesionales aporta muchos beneficios en la atención a la díada, pero a veces es necesaria una visión global. Una intervención que puede ser útil y necesaria en ciertos casos, no se puede usar de forma indiscriminada obviando que las dificultades en la lactancia suelen ser debidas a múltiples causas y por lo tanto solamente en cortar el frenillo es posible que no se encuentre la solución deseada. 

¿Qué puede provocar el corte del frenillo?

El corte de frenillo es una intervención habitualmente sencilla que, si el bebé es menor de 6-8 meses, se puede realizar de forma ambulatoria. A pesar de esto, hay que explicar que la intervención puede tener efectos secundarios, que aunque muy poco frecuentes, es necesario conocer, principalmente son:

  • Rechazo del pecho por parte del bebé
  • No mejoría de los síntomas que presenta la madre

¿Entonces cortamos o no cortamos el frenillo?

Como hemos dicho, las dificultades en la lactancia suelen ser debidas a varias causas. Una de ellas puede ser un frenillo lingual corto. Aún así, en la mayoría de los casos es necesaria una valoración más global, atendiendo a la postura y el agarre, así como las consecuencias de tener una restricción en la lengua como pueden ser contracturas o al revés, necesidad de volver a dar fuerza a la musculatura de la boca. 

Por este motivo, la atención a la lactancia, si queremos que sea eficaz tiene que ser multidisciplinar, donde matronas, expertas en lactancia, fisioterapeutas, logopedas y profesionales competentes para cortar el frenillo trabajen codo a codo.

Un comentario en «Cortar el frenillo: ¿es la solución definitiva?»

  1. Por culpa de esta falta de atención global me encontré bastante desamparada. Constantemente se contradecían matronas, ginecólogas, etc y cuando me decidí, con el famoso doctor de Barcelona, solo se cortó, sin ningún otro tipo de acompañamiento en la lactancia, por ejemplo.

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