"Se acabó la lactancia, debo volver a trabajar"
Nunca lo hemos tenido fácil y el siglo XXI no es una excepción. Nos recomiendan ofrecer lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses del bebé pero, al mismo tiempo, no nos dan la opción de mantener “la maternidad exclusiva”. Las bajas maternales son patéticas en la mayoría de países de habla hispana, en algunos sitios peor que en otros, pero en todos ellos es casi imposible encontrar medidas facilitadoras para cumplir las tiempos aconsejados para alimentar al bebé tan solo con leche materna.
Las opciones de las madres de combinar lactancia y trabajo remunerado son muy limitadas, y todas ellas requieren un esfuerzo extra para la madre y el bebé. Y sí, en la mayoría de casos se puede mantener una lactancia con el trabajo. Y también, el perfil de mujer que amamanta es trabajadora, es decir, que estadísticamente las mujeres que amamantan trabajan fuera de su casa. Pero el cuento debería ser muy distinto y las madres deberían recibir ayudas e incentivos, en vez de tantas dificultades para seguir amamantando y cuidando de sus bebés.
¿Qué quiero hacer? Las cartas sobre la mesa
Esta es la primera pregunta que nos tenemos que hacer. Podemos elegir lo que queremos hacer con nuestra lactancia y todas las opciones son válidas. Pero para decidir debemos conocer las opciones que tenemos. Decidir con toda la información en la mano nos va a permitir tomar la mejor decisión:
Traza un plan
Lo ideal es acudir a un grupo de apoyo a la lactancia y, junto con una asesora, dibujar un plan de vuelta al trabajo que tenga en cuenta:
- Edad del bebé
- Quién se va a quedar a cargo del bebé mientras no estamos
- Cuántas horas estaremos separados en total (no solamente el tiempo de la jornada)
- Qué tipo de alimentación recibe el bebé actualmente
- De qué herramientas y apoyos dispongo (tanto productos para facilitar el proceso como sacaleches, nevera, etc.; como ayuda de familiares, amigos u otros)
- Otros casos especiales: considerar que hay casos que deben ser estudiados a parte como bebés prematuros, gemelos, etc.)
Evidentemente, como todos los planes, las necesidades y situaciones pueden ir cambiando y el plan se deberá ir adaptando a nuestra realidad.
Busca y comparte
Las mujeres podemos ayudarnos mucho las unas a las otras. No dudes en buscar grupos de mujeres en los que puedas compartir tu experiencia y aprender de cómo han afrontado la situación otras familias. Lamentablemente, no eres la primera en afrontar este bache y puedes aprovechar las ideas y recursos de otras mujeres como tú.
Pero piensa que no hay dos familias iguales. Es posible que la solución de otra no te vaya bien a ti, y tengas que encontrar otra forma de conseguirlo. No importa si eliges una cosa u otra, si tienes toda la información en tu poder, seguro que tomas buenas decisiones.
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