Durante el inicio de la alimentación complementaria es muy habitual que se indique ofrecer papillas de cereales comerciales a los bebés. Es una práctica aún muy habitual, porque culturalmente lleva muchos años haciéndose y porque aún, en algunas ocasiones, el personal sanitario sigue recomendado este tipo de productos para iniciar la alimentación complementaria en los más pequeños. 

Las papillas llevan vitaminas y minerales, ¿no?

Es cierto que las papillas comerciales suelen estar enriquecidas en vitaminas y minerales, información que suele ser muy llamativa y que aparecen en sus envases o en la publicidad de las mismas. Este hecho nos hace pensar que son saludables y que pueden ofrecer nutrientes extras a los bebés, cuando en realidad son productos altamente procesados y suelen contener mucho azúcar, por esto no es un alimento recomendado o prioritario en la alimentación infantil. Además, no se justifica su uso por las vitaminas y minerales que contienen ya que la alimentación complementaria y la leche materna, o en su defecto la leche artificial, ya aporta al bebé los nutrientes necesarios. 

En muchas de ellas se indica que los cereales que contienen son dextrinados, ¿qué significa?

Es cierto, las papillas de cereales comerciales suelen estar hechas a base de cereales dextrinados. La dextrinación de los cereales es un proceso en el cual se rompen las cadenas de almidón de los cereales y se transforman en cadenas más cortas de fácil digestión. 

Entonces, ¡eso es bueno!

Claro, podría parecerlo, el problema es que estos dextrinados una vez los ingiere el bebé, se transforman muy rápido en azúcar en su intestino, se absorben muy rápido, generando que el bebé tenga posteriormente mucho azúcar en la sangre, lo que se llama técnicamente picos glucémicos. Los picos glucémicos no son nada deseables ya que se relacionan con sobrepeso y obesidad. Así que, en resumen, podríamos decir que los cereales dextrinados son sinónimos de azúcar. Y por si fuera poco, seguro que lo has probado, son muy dulces y eso promueve la sobrealimentación del bebé pudiendo llegar a desplazar tomas de leche materna o artificial, que es el alimento principal hasta el año de vida y que contiene, sin ninguna duda, todos los nutrientes que el bebé necesita. 

Entonces, ¿qué cereales le doy a mi bebé?

La mejor forma de ofrecer cereales es de forma natural, los que tienes en la despensa. Y no, no hablamos de los cereales de desayuno, hablamos de los cereales de verdad que consumes tú y el resto de la familia cada día: pan, arroz, pasta, avena, cous-cous, etc., que proporcionan al bebé una nutrición más adecuada y sostenible. El precio de estas papillas de cereales suele ser muy elevado, mientras que los cereales que consumimos habitualmente y que son más saludables son mucho más económicos. 

¿Y si se ahoga? Me da miedo que tome sólidos

Claro, es normal que te de miedo empezar la alimentación con sólidos, como con en el método BLW, pero podéis preparar triturados a base de cereales enteros cocidos como avena (tipo porridge o gachas) o arroz muy cocido… En la app tienes una apartado con recetas con diferentes niveles de dificultad para que puedas ir probando cosas nuevas. 

Entonces, ¿los cereales no son tan importantes para la dieta del bebé?

La clave es recordar que la alimentación complementaria debe complementar, como su nombre indica, la alimentación del bebé y no debe sustituir nunca tomas de leche. Cuando iniciamos la alimentación sólida de nuestros pequeños es importante priorizar alimentos altamente nutritivos como los vegetales con alto contenido en almidón (como el boniato, la patata o la calabaza), cereales, legumbres, carne, pescado, huevo, etc, y evitar los alimentos muy procesados, como todos los preparados infantiles que se venden en los supermercados. Los niños no necesitan una dieta especial o infantil, pueden empezar a comer lo que se come en casa.