Más de una madre se ha llevado un susto cuando su pequeño, en plena toma, se ha atragantado por unos segundos.

¿Porqué se atraganta mi bebé?

Las causas por las que un bebé se atraganta mamando son variadas y es un suceso bastante normal en lactantes. 

Reflejo de eyección hiperactivo

A algunas madres el reflejo de eyección de la leche se les activa de manera muy potente. Eso significa que su leche sale literalmente a chorro, con mucha fuerza.

Para los bebés más mayores, que ya son más habilidosos y tienen una boca un poco más grande, no les suele suponer mayor dificultad. Pero en caso de bebés recién nacidos o en sus primeros meses de vida, el hecho de que la leche salga con tanta potencia les puede molestar e incluso se pueden atragantar.

Succión inmadura

Los bebés nacidos a término están preparados para mamar, pero de la misma manera que cada bebé empieza a andar o hablar a una edad diferente, la succión puede ser inmadura durante unas semanas.

También los bebés prematuros que sufren algún tipo de patología pueden presentar una succión inmadura.

Estos bebés se pueden atragantar con mucha facilidad ya que tienen mala coordinación al succionar, deglutir y respirar.

Mal agarre

Cuando un bebé presenta un agarre insuficiente, el pecho puede reaccionar aumentando la cantidad de leche que fabrica para que el bebé no se quede con hambre. Además, este agarre insuficiente hará que la leche no llegue al final del paladar, se quedará en la boca y el bebé podrá presentar dificultades para poder tragar.

Retrognatia o frenillo lingual corto

Así mismo, los bebés que presentan la mandíbula inferior más retraída de lo habitual o el frenillo de la lengua corto, pueden presentar dificultades para tragar la leche, lo que puede ocasionar que se atraganten con más facilidad.

¿Qué puedo hacer para que no se atragante tanto?

Si el bebé se atraganta por no poder gestionar el volumen se leche que recibe, una primera opción es que la mamá modifique la postura. Si te recuestas hacia atrás, haciendo postura biológica o a caballito, ir en contra de la gravedad ayudará a que el bebé pueda tomar la leche más lentamente.

Si esto no funciona, otra opción es con la mano presionar la parte superior de la glándula mamaria, parece que esta técnica es eficaz para reducir la potente salida de leche.

Nada de lo anterior funciona. ¿Qué más puedo hacer?

Cuando nada de lo anterior funciona podemos intentar más cosas.

La primera y más simple: si notamos la subida de leche, podemos apartar el bebé del pecho cuando sintamos que está llegando. Dejar que la leche salga a chorro y vaya bajando la potencia nos ayudará a que el bebé no mame de manera tan angustiada.

Algunas madres prefieren usar el sacaleches antes para desencadenar el reflejo de eyección de la leche y cuando el ritmo desciende entonces colocan al bebé.

Otra opción es usar pezoneras (recuerda revisar siempre que sean de tu talla) ya que evitan que la leche salga de manera precipitada y el bebé puede gestionar mejor la toma.

¿Toda la lactancia va a ser así?

Pues depende. Si la dificultad está en el agarre del bebé o en su habilidad para succionar debería mejorar a medida que crece. Si por contra, se trata de un reflejo hiperactivo de eyección es posible que dure toda la lactancia. La buena noticia que poco a poco el bebé va a ir controlando mucho mejor la leche que toma por lo que tendrá menos molestias.