El rol del padre durante el posparto: 10 consejos de acompañar a una madre
¿Por qué una madre debe estar y sentirse acompañada durante el posparto?
Cuando nace un bebé, también nacen una madre y un padre, y no importa que sea un segundo bebé, porque en ese caso nacerá una madre de dos hijos y un padre de dos hijos, y así hasta la eternidad. Cada hijo es una gran novedad en una familia y todos necesitamos adaptación, pero lo cierto es que la madre además del esfuerzo para adaptarse, acaba de parir (vaginal o cesárea), va de hormonas hasta las cejas y va a tener que estar tomando decisiones constantes entorno a su cuerpo y el de su bebé: parto, posparto, lactancia, cuidados, etc., y no nos engañemos, no lo va a hacer desde la calma, sino desde las bombas, opiniones y lecciones de su entorno. La presión es muy alta.
Cuando una mujer tiene a su bebé experimenta las transformaciones más intensas de su vida.
Nos podemos volcar al 150% en cuerpo y alma en el cuidado de nuestro hijo hasta tal punto que podemos incluso olvidar nuestras necesidades básicas durante los primeros días o semanas, en cambio somos perfectamente capaces de atender a la perfección a nuestro bebé.
Es por esa razón que el acompañamiento es básico, y si es cierto que hablamos normalmente del acompañamiento profesional como la matrona, pediatra, enfermeras, etc., el centro del acompañamiento para una mujer en posparto debería ser su pareja, pero…
¿Cómo se acompaña toda esta etapa?
Sabemos que fácil no es. Estamos cargados de estereotipos, la presión social es exagerada y nadie nos ha enseñado a hacerlo, por eso hemos decidido daros 10 consejos útiles para acompañar a una madre en el posparto:
- Sigue tu instinto: igual que la madre pasa por un despertar y aflora en su cuerpo y mente el instinto de cuidar de su cría, el padre también tiene su propio instinto: el de cuidar de su familia.
- No te limites a llevar a tu compañera a los lugares, acompáñala: A nivel físico los primeros días/semanas es muy común que nuestras parejas nos acompañen al registro, al pediatra, al grupo de lactancia, etc. Pero, ¿qué pasa si además de hacer de taxista nos implicamos en lo emocional en ello? Ayuda a rellenar los papeles, entra en el grupo de lactancia y escucha con atención, pregunta al pediatra tus dudas. No hay preguntas absurdas, seguro que todo lo que quieras aportar es interesante y es muy importante, pues en casa, podrás colaborar de una manera mucho más activa en todo.
- La información es poder. Habla de la paternidad con tus amigos o familiares, pero no solo con los hombres. Habla con mujeres que hayan sido madres, pregúntales, averigua qué es lo que sucede. Lee: hay un montón de artículos y libros creados para los padres precisamente para daros recursos para entender más y mejor el cuidado de un bebé y de la madre.
- Apoya la lactancia: establecer la lactancia materna no es tarea fácil. Nada fácil. Una gran mayoría de madres sufre problemas físicos y emocionales durante el inicio de ésta por falta de técnica, recursos o acompañamiento. Acompaña a tu pareja durante algunas tomas, observa al bebé, ve con ella si acude a una asesora, pregunta, participa, no te cortes, nada es poco para dar apoyo durante esta etapa.
- Hazte con un portabebés: el hábitat natural del recién nacido es el cuerpo de su madre. Todos sabemos que un portabebés es perfecto para esta díada, pero también es un gran recurso para los padres. Las madres necesitamos respirar y descansar y sólo lo haremos si sabemos que nuestro bebé va a estar a salvo, a gusto y tranquilo. A veces los padres tienden a no sostener a sus bebés más de 5 minutos porque el bebé llora o está intranquilo: “Es que solo quiere teta”. No, eso no es cierto, pero es un recurso que siempre funciona. Hoy te contamos otro: si el bebé ya ha mamado, ponerlo en un portabebés y dar un paseo es una herramienta que nunca falla. El bebé te conoce, sabe que eres su padre y quiere relacionarse contigo también, sencillamente debéis adaptaros y aprender los dos a hacerlo de otra manera. Es imposible que te relaciones con tu bebé de la manera que lo hace su madre sencillamente porque tú eres su padre. Encontrarás la manera de hacerlo, y empezar con un portabebés es una buena idea, pues el bebé se sentirá protegido porque estará contenido, sentirá tu olor, tu voz y tu movimiento lo mecerá hasta quedarse frito. La sensación es indescriptible, ¡pruébalo!.
- Es muy común que las madres en posparto estemos tan pendientes del cuidado de nuestro bebé, que descuidemos nuestras necesidades básicas: comer, dormir, descansar, “movernos” … Sabemos que no es fácil, las bajas paternales son ridículas, pero seguro que puedes encontrar un hueco para darle un masaje descontracturante, prepararle un baño relajante, hacer comida para cuando sales a trabajar o salir a dar un paseo con el bebé para que ella descanse. Hazlo tú también: come bien, descansa mientras tu compañera da el pecho en la noche, relaja tu mente cuando vayas a trabajar. Es importante estar a tope para estar a la altura de la situación.
- Conviértete en un escudo. Las personas no tenemos filtro, y durante la maternidad, sobre todo las madres nos convertimos en dianas humanas de los opinólogos del mundo. Cuando uno/a está fuerte es fácil responder, pero cuando una persona está en situación “vulnerable” o se siente insegura, los comentarios ajenos pueden hacer tambalear hasta a la mente más fuerte. Para que la madre gane confianza y los comentarios ajenos no influyan negativamente es muy importante tu apoyo. No te cortes y cierra bocas opinólogas ajenas. Apoya siempre a tu compañera si la temática trata de ella o de su bebé (lactancia, crianza, alimentación, parto, sueño, etc). Aunque creas que los demás tienen razón, sigue al lado de tu pareja y coméntale luego en privado tu opinión si crees que algo no está saliendo como tú esperas.
- Limita las visitas. Que venga gente al hospital y a vuestra casa es habitual. Todo el mundo quiere conocer al bebé, pero hay muchísimos días para hacerlo. Hasta que la lactancia no esté establecida y la madre recuperada del parto es MUY importante limitar las visitas, en número y en tiempo. Necesitáis intimidad para adaptaros, para que la mamá pueda estar cómoda, ir con los pechos al aire si lo necesita, olvidarse del postureo y maternar tranquilamente.
- Piel con piel. No, el piel con piel no es solo para la madre. Los beneficios del piel con piel van mucho más allá. Además del confort, tranquilidad y placer que recibiréis tú y tu bebé, practicar el método canguro, hará que éste regule mejor la temperatura, rebaja la ansiedad paterna y ayuda a establecer el vínculo y la implicación. El bebé te reconocerá, os conoceréis y será maravilloso. Además, en caso de separación de la madre, el piel con piel contigo ayudará a que posteriormente se agarre mejor al pecho de su madre.
- Vuestra vida sexual va a cambiar, sé asertivo. La cuarentena no es el fin del posparto. La cuarentena no es nada más que el tiempo en el que el útero y su cuello vuelven a estar en el lugar “inicial” con el tamaño “inicial” y en la posición “inicial”. El posparto va muchísimo más allá. En ocasiones la madre empieza a notar el cambio cuando vuelve a tener la regla, esto puede suceder a los pocos meses, o al cabo de años, sí, años. Otros veces la ovulación nada tiene que ver. Es un tema físico y químico, no está bajo nuestro control, es por esta razón que el sexo también puede cambiar y mucho. De hecho, somos casi la única especie mamífera que tiene sexo durante la lactancia materna. Los niveles hormonales de la lactancia los primeros meses hacen que estemos en una situación muy parecida a la menopausia. Además, por supervivencia, la mujer está al 100% al cuidado del bebé tanto física como emocionalmente y para eso la líbido tiene que viajar a la estratosfera. A nivel físico el parto puede influir mucho en las relaciones sexuales: un parto complicado, episiotomías, un suelo pélvico debilitado, etc., pueden hacer que la madre no quiera saber nada del sexo. El tema de la sexualidad daría para 20 posts enteros, si quieres saber más, es importante que visitéis a la matrona.
El posparto es una etapa más en la vida sexual de una mujer que se convierte en madre, con sus alegrías y con sus sombras y debe ser normalizada, validada y aceptada por toda la sociedad, pero que sea normalizada, validada, aceptada y ACOMPAÑADA por su pareja es un básico que no nos podemos perder.
¡Ánimo, sabemos que no es fácil!
Gracias por estar ahí.