
“Ni yo ni mi bebé estábamos listos para despedir la lactancia”
De vez en cuando recibimos un mensaje de una madre a la que le apetece contar su historia, siempre con un objetivo de compartir y poder ayudar a otras madres en un claro acto de generosidad y sororidad. Nos encanta cuando esto ocurre, vuestros relatos son regalos para nosotras, y creemos que os enamoraréis al acto de Maite igual que lo hemos hecho nosotras. ¡Muchas gracias y felicidades!
Si quieres enviar tu relato, puedes enviar un email a [email protected]
¡Hola Alba!
A raíz de responder la encuesta, me he animado a contar mi historia con la lactancia por si puede servir de ayuda a alguna otra mama que pueda estar pasando por una situación similar a las que yo pasé y donde mi conclusión de todo es “La información es poder y la fe mueve montañas (pero más la primera que la segunda…)”
Empiezo por el principio… yo soy de las mujeres a las que no les llamaba en absoluto la atención el “dar la teta”, es más… era mas propensa al “No” que al “Sí”, pero… ¡ay amiga…! Cuando ves a tu bebé por primera vez tienes que tragarte tanto de todo aquello que juraste y perjuraste no hacer jaja
De igual forma, como soy una persona curiosa y que me gusta tomar decisiones teniendo al menos la máxima información posible, cuando me quedé embarazada, empecé a leer sobre la lactancia en tus libros, que a mi parecer deberían ser lecturas recomendadas por todos los ginecólogos, obstetras y matronas.
Yo vengo de un pecho tuberoso operado con remodelación de la glándula (descontracturación), con intervención por areola e implantes mamarios detrás del músculo, como puedes ver ya no partía de la mejor base, así que no tenía mucha fe tampoco… Aun así me devoré tus libros y todos los consejos sobre este tipo de pecho.
Pues nació mi bebé por parto natural y ¡sorpresa! Un agarre casi perfecto desde el primer momento gracias a tus libros y a la ayuda tan maravillosa que me prestaron las profesionales del Hospital Quirón Salud de Barcelona. A los dos días tuve una subida de leche, tan abundante que durante tres meses podría haber alimentado a todo el edificio…
Hice lactancia materna exclusiva durante 6 meses y el mes antes de volver al trabajo compré tu último libro, ya preocupada por esas 6 h separada de mi bebé. Todo el mundo opinaba y me decía que era el principio del fin… Pues no solo no fue el fin, si no que además al haberlo hecho progresivamente… ¡ni siquiera sufrí congestión! ¡Lactancia salvada!
Todo siguió rodado hasta que cumplió los 12 meses y me mordió… no le di importancia pero algo pasó que generó una mastitis tremenda… A lo que se sumó un antibiótico mal recetado en urgencias, lo que ocasionó mucho líquido entre la glándula y la prótesis (pero ojo… que de esto se dieron cuenta a las 2 semanas… mientras me echaban la culpa a mí y a mi bebé; de que el bebé no succionaba y yo no me sacaba la leche, decían que por eso tenía la teta como un balón de futbol…).
¡Sorpresa! a las dos semanas de 0 mejoría me hicieron una eco y me sacaron nada más y nada menos que la friolera de 200 ml de líquido… A lo que me recomendaron encarecidamente cortar la leche y vendarme el pecho fuerte…
Salí de la consulta devastada, primero que no me parecía lógico el razonamiento, mi lactancia no era el problema… Ya no había mastitis pero como no “tenían” seguridad ni idea de nada pues… Vamos a lo “seguro” ya tiene 12 meses no pasa nada… Una vez más queda demostrado lo poco que se entiende lo que significa lactar para madre y bebé.
Llegué a casa y lloré todo el día, ni yo ni mi bebé estábamos listos para despedir la lactancia y mucho menos así… El único que me apoyó fue mi marido que pensó lo mismo que yo, volví a leer tus libros en busca de respuestas y vaya si las encontré… Lo que me dijeron en el hospital fue justamente todo aquello que tú desaconsejabas, y así seguí tu pautas y… ¡Lactancia Salvada, por segunda vez!
El 30 de junio, cumplimos 18 meses de lactancia.
Gracias Alba, por tus libros, por tu labor, por tu luchar en poner conocimiento sobre la lactancia a todas nosotras, para que al menos podamos elegir un camino con conciencia y conocimiento.
Perdona la mega chapa, no se si me leerás algún día, pero una madre eternamente agradecida que incluso se pensó la posibilidad de formarse como asesora de lactancia.
PD: Te dejo una foto de la que pensé que sería de mis últimas veces con mi bebé al pecho…con los ojos como un búho y la nariz roja…
Maite
