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Guerras patrocinadas

Guerras patrocinadas

¿Qué siento? Pues estoy entre la rabia y el llanto.

¿Qué siento? Siento que nos gusta la polémica, nos gusta la división y por encima de todas las cosas no nos gusta sumar

Estoy harta, estoy harta de los que fomentan la guerra entre madres. Harta de los artículos que no son parciales, diría que hasta tendenciosos. Siento cansancio…

Hace años que he aprendido que el respeto es uno de los valores que más cuesta tener y fomentar. Cuando eres madre, pierdes el respeto de la mayoría, y lo pierdes porque eres madre y porque tomas tus decisiones y descubres luego que nunca vas a poder complacer a todo el mundo. La sociedad es dura con las madres. Nos invita a ser madres, nos instiga a ello con comentarios desafortunados y terribles como “se te va a pasar el arroz”. Y tú idealizas la maternidad y la crianza y cuando nace tu bebé, te das cuenta de una cosa, de que estás sola. Estás a merced de la suerte, te han lanzado a los leones y te tienes que defender con tus uñas.

La maternidad no es rosa, la maternidad es dura. Y la lactancia, que es lo que nos ocupa, es extremadamente compleja. Sabemos que la gran mayoría de madres, durante el embarazo, expresan la expectativa de poder amamantar. No nos engañemos, un deseo siempre teñido de miedos, dudas y mitos… Y nace el bebé y te ves sola, atacada y cuestionada. Pides ayuda y te regalan tres opiniones diferentes; expresas una duda y te sientes ignorante… parece que todo el mundo sabe más que tú. ¡Qué vas a saber tú que hace 5 minutos no eras ni madre!

Y, si no quieres dar el pecho, sea por lo que sea, también te van a cuestionar. Te van a decir que es lo mejor para tu bebé, te pueden acusar de ser una mala madre o una madre egoísta, te pueden mirar mal por la calle o si tu bebé enferma (nada grave, los virus habituales) te van recordar que es por no haber tomado tu leche…

Madres, os van a caer críticas por todos los lados, bienvenidas a la maternidad.

Leo el artículo publicado en el Mundo y me siento mal. No me representa y me siento atacada. Acompaño a madres, centenares de ellas y os aseguro que yo no las busco, ni las persigo. No me hace falta. Ellas buscan, ellas lo necesitan y ahí me encuentran.

Y es que nadie, nadie, sea quién sea, común, mortal o sanitario, vecino o amigo, conocido o desconocido, le debería decir a una madre qué debe hacer. Y lo que sí deberíamos hacer todos es acompañar, sostener, callar y volver a callar.

Nuestra verborrea es la causante de todos los males, de las guerras patrocinadas, de los ataques y descalificaciones, de los odios y los sentimientos de culpa.

La lactancia es salud le pese a quién le pese, la leche es gratis y el triunfo de la lactancia hace que muchos pierdan dinero. Atizar la guerra es dar de comer a las alimañas que esperan que la brecha siga abierta y que la crispación forme parte de la maternidad.

Que cada mujer haga lo que quiera, que cada madre decida, que cada madre encuentre los recursos que la ayuden a conseguir lo que desea… este es mi único deseo para hoy.

Un comentario en «Guerras patrocinadas»

  1. Se nota que tenéis una clara voluntad de informar, acompañar y asesorar des del respeto a la LIBERTAD DE ELECCIÓN de cada madre. Y por ello, gracias y gracias!
    Y aunque el artículo me parezca también tendencioso sí que creo que algunas cuestiones se nos están yendo de las manos.
    No hace falta más que mirar comentarios en las RRSS y ver que nos creemos en el derecho de no solamente opinar, si no de juzgar. Y lo hacemos des del desconocimiento del contexto o situación de aquella família. Lo hacemos sin respeto, aferrándonos a argumentos que construimos como verdades absolutas y que cuando se sentencian, llevan implícito que si no haces A no lo estás haciendo bien. Hemos banalizado y simplificado procesos y los hemos reducido a si alimentas A o B, a si porteas o no porteas, así haces BLW o no lo haces, etc… Y todo bajo el nombre de diferentes etiquetas con las que intentamos definirnos, como si de una justificación se tratara.
    Madres ( y padres) la maternidad ya es suficientemente compleja y solitaria en muchos momentos para que nos la compliquemos más. La maternidad ya es una etiqueta suficientemente grande,y compleja para que la vayamos llenando de pequeñas etiquetas que a veces nos ahogan. Y el apego, que tanto se usa para esgrimir ciertos argumentos existe alimentes A o B, porque es la manera de hacerlo lo que va construyendo el vínculo y lo va definiendo. Acaso existe la crianza sin apego?
    Hace días Alba colgó un stories dando su opinión sobre el tema del lactivismo y hacer proseletismo. Me pareció genial, porque sí hay gente que ha emprendido una cruzada contra aquellas madres que han optado por dar biberón sea por el motivo que sea.
    En fin…gracias por el trabajo que hacéis des del respeto a la decisión de cada família. Porque a veces hay que elegir A o B por la salud y el bienestar del nucleo familiar.

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