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Espina bífida: Qué es y factores de riesgo

Espina bífida: Qué es y factores de riesgo

El 21 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Espina Bífida, que busca concienciar a la población sobre esta condición que se puede prevenir durante la búsqueda de gestación.

La Espina bífida es un tipo de defecto del tubo neural, en este caso, la columna vertebral no se cierra por completo durante las primeras semanas de gestación, pudiendo dañar a los nervios y a la médula espinal que se verán desprotegidos.

Clasificación de la espina bífida

Existen 3 tipos de espina bífida, que se clasifican según su complejidad y complicaciones:

  • Espina bífida oculta, el tipo más leve y no suele provocar discapacidades, ya que la médula espinal y los nervios suelen ser normales.
  • Meningocele, dónde se aprecia un saco de líquido en la espalda del recién nacido pero, por lo general, el daño a los nervios es escaso o nulo.
  • Mielomeningocele, el tipo más grave. En el saco que se observa en la espalda del recién nacido están presentes los nervios y parte de la médula espinal. Suele provocar complicaciones de moderadas a graves, habitualmente en la función de micción y/o la pérdida de sensibilidad en las extremidades inferiores o su parálisis. 

Etiología

La etiología de la espina bífida es compleja y no se conoce en su extensión, sin embargo, se conoce la importancia de unos niveles adecuados de folato previo a la gestación y durante las primeras semanas de ésta para poder evitar dicha malformación. 

El folato es la forma natural de la vitamina B9 que se encuentra en los alimentos (vegetales de hoja verde, hígado, legumbres, yema de los huevos, etc). El aumento de las necesidades en el periodo de tiempo sensible hace que sea probable que solamente con la dieta no se llegue a los niveles necesarios para ese proceso y es por esa razón que se propone suplementar con ácido fólico, que es la forma sintética de dicha vitamina.  

Ácido fólico

La recomendación general hasta el momento es la toma de 400 mcg/día de ácido fólico entre 1-3 meses previo a la gestación hasta la semana 12 de gestación.

En caso de presentar ciertos factores de riesgo, las sociedades científicas recomiendan aumentar la dosis. Estos factores son:

  • Recién nacido anterior con espina bífida
  • Antecedente familiar de defecto de tubo neural
  • Mujer con epilepsia en tratamiento con carbamazepina o ácido valproico
  • Mujeres con diabetes o celiaquía
  • Mujer en tratamiento con antagonistas del ácido fólico (metotrexato)

En los últimos tiempos se ha puesto en duda la generalización de dicha recomendación para pasar a individualizar cada situación, entre otras situaciones, debido a que el folato, en su forma sintética de ácido fólico, puede no ser bien metabolizada por una parte importante de la población. El ácido fólico no metabolizado se puede acumular en el organismo haciendo elevar la homocisteína, aminoácido no esencial que puede relacionarse con más riesgo de aborto, nacimiento prematuro, preeclampsia o retraso del crecimiento intrauterino entre otras. Debido a estas situaciones, la recomendación sería la de no superar la dosis de 1000 mcg de ácido fólico al día. 

Referencias

CDC. (2021, marzo 10). Datos sobre espina bífida. Centers for Disease Control and Prevention. https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/spinabifida/facts.html

Generalitat de Catalunya. Protocol de seguiment de l’embaràs a Catalunya. 3a edición revisada. Barcelona: 2018.

Ferrazzi E, Tiso G, Di Martino D. Folic acid versus 5- methyl tetrahydrofolate supplementation in pregnancy. Eur J Obstet Gynecol Reprod Biol. 2020 Oct;253:312-319. doi: 10.1016/j.ejogrb.2020.06.012. Epub 2020 Jun 13. PMID: 32868164.

Miraglia N, Dehay E. Folate Supplementation in Fertility and Pregnancy: The Advantages of (6S)5-Methyltetrahydrofolate. Altern Ther Health Med. 2022 May;28(4):12-17. PMID: 35653630.

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