Mi primera hija tomó pecho 11 meses, lo dejó tras morderme un día. Se me escapó un grito y ya no quiso tomar más.
Mi segundo hijo acaba de dejar el pecho. Pronto cumplirá 6 años.
Ha sido una lactancia fácil y placentera. Se enganchó bien desde el principio, hizo lactancia exclusiva hasta los 6 meses (a pesar de que volví al trabajo cuando cumplió 5 meses) y dejó las tomas nocturnas antes de cumplir un año.
Lo hemos disfrutado mucho ambos. La lactancia es mucho más que alimento. Es contacto, amor, consuelo. Durante mucho tiempo la lactancia ha sido solo al despertar y antes de acostarse, se quedaba dormido en la teta, y barra libre durante el fin de semana o vacaciones, que al tenerme a su lado lógicamente reclamaba más.
Lo peor de mi lactancia han sido los comentarios de terceros. Desde los 2 años del niño lo hemos llevado en secreto, menos con mi familia, porque la lactancia provoca mucho rechazo e incomprensión. Hubo gente que llegó a decirle al padre del niño que me animara a dejarlo porque aquello ya no era normal, ni beneficioso, o que me estaba dejando  escuálida, cuando en realidad mi peso no ha variado en estos años. He encontrado rechazo incluso en pediatras, médicos y ginecólogos. “Ahora ya es solo vicio” es lo más argumentado que me han dicho.
Ha sido triste que no haya podido compartir con el mundo algo tan hermoso, algo tan digno de elogio. Madres del mundo os animo a tener la valentía que yo no he tenido y a no esconder algo tan natural y bonito.
Una de mis dudas a lo largo de este tiempo ha sido cómo sería el destete, porque yo no tenía interés en forzarlo puesto que, como estoy contando, era algo que no me conllevaba ningún sacrificio.
Consulté con Lactapp y me contaron, ya hace un año, cómo suele suceder a estas edades y ha sido así.
No puedo decir cuando fue la última vez, porque fue gradual. Empezó a tomar muy poca cantidad por la noche y luego a veces ni pedía. Otras lo intentaba pero me decía que ya no podía sujetar el pecho, que se le escapaba. Su boca había crecido y ya le costaba hacer el vacío.
Ha sido un destete natural y respetado a sus casi seis años. Sólo guardo buenos recuerdos. A todas vosotras, las que queráis amamantar a vuestros hijos, os diré que es una experiencia preciosa, y no hay prisas ni edades máximas si los dos estáis a gusto. Haced oídos sordos o contestad con descaro, más descarado es el que se mete en asuntos que no son de su incumbencia.
Disfrutad de vuestra lactancia porque es… la leche 😉

Emma.