Alba y Abril, mis dos lactancias.
Soy Laura, mamá De Alba y Abril.
Alba nació una noche de abril del 2014, durante el largo transcurso de la dilatación (20 horas) el cielo lloraba, pero al nacer ella me dijeron que la luna volvió a brillar.
Tenía muy claro (desde antes que ella nos escogiera) que le daría el pecho. Le comenté a la comadrona el problema de mis pezones, uno era invertido y el otro de un de unos 2 cm de largo. Ella me dijo que tal vez habría dificultad de agarre en uno de los dos, sobre todo en el izquierdo, el invertido.
Cuando Alba nació me la pusieron piel con piel, pero no mamó hasta transcurrida una hora cuando ya estaba en la sala de recuperación, una vez había expulsado la placenta y me habían cosido la episiotomía.
Alba dormía mucho, y yo pensaba que estaba cansada del parto, y no la despertaba para comer. Fue una equivocación por mi parte, ya que los niños y niñas con bajo peso debes despertarles para que mamen. Y entre lo poco que mamaba Alba y lo que dormía perdía peso.
Así que a los dos días volvimos al hospital seguía perdiendo peso, sus labios estaban agrietados y su tono de piel no era el adecuado.
Tuvimos que darle suplemento, el mundo se me vino abajo. Probamos a dárselo con jeringa y de mi propia leche, sacándomela con un sacaleches, pero con el sacaleches no lograba sacarme ni 20 cl, eso era muy frustrante para mí. Finalmente le dimos leche de fórmula y materna. En agosto, Alba decidió destetarse por sí sola.
A los meses le detectaron hipotonía e hiperlaxitud, por eso no podía mamar bien, no tenía suficiente tono muscular para realizar tal esfuerzo.
Este 25 de mayo, nació Abril.
Durante el embarazo mi gran preocupación era sobre cómo sería la lactancia con ella. Alba me enseñó que la lactancia no es solo lo que quiera la mamá o lo que quiera el bebé sino que es una cosa de dos. Se ha de respetar lo que desea el bebé y lo que desea la mamá: en este caso yo deseaba amamantar pero Alba no podía.
Por suerte durante el embarazo estuve muy bien acompañada y asesorada, Olga era la doula que me acompañó durante el embarazo, me ayudó a empoderarme y me dio fuerza para creer en mí y en Abril.
Abril nació a las 40 semanas de gestación por inducción, ya que su percentil era muy bajo y decidieron provocar el parto.
Aunque fue un poco inducido, en seguida por sí solas empezaron las contracciones, nuevamente tuvimos la suerte de estar rodeadas por un gran equipo de comadronas.
Una vez iniciadas las contracciones a las cinco horas ya nació Abril, sin instrumentalización y de la manera más respetuosa y amorosa que me podía imaginar, yo pude sacarla con la ayuda de la comadrona y ponermela en el pecho, a los 10 minutos ella sola reptó hacia mi pecho izquierdo. Jamás olvidaré su mirada mientras se alimentaba de mi calostro y a su vez me cogía un dedo con fuerza.
Desde ese instante Abril mamó indistintamente de un pecho u otro, aunque es cierto que siempre ha preferido el pecho izquierdo. Nació con 2’550 kg y actualmente ya roza los 4 kg.
A veces nosotras mismas pensamos que no podremos, y no es cierto. La naturaleza es muy sabia y si dejamos hacer por sí solos pueden llegar a donde quieran.
Pero como decía anteriormente en la lactancia materna influyen dos personas: el bebé y la mamá, siempre cuando los dos quieran y puedan habrá una lactancia favorecedora.
Desde mi experiencia, solo quería animar a aquellas mamás que creen que no pueden por tener unos pezones o pechos distintos, ¡pueden!
Un comentario en «Alba y Abril, mis dos lactancias.»
Podemos ! Y hasta cuándo daremos de mamar? Hasta cuándo Leo y Abril quieran!