¿Has oído hablar de los bebés bellos durmientes? ¿Qué hacer si tu bebé es uno de ellos? Es una situación que asusta mucho tanto a madres, como a las expertas en lactancia. 

En primer lugar no te asustes, que esto de llamarles “bellos durmientes” parece algo entre un cuento y un problema, y si tomas las riendas de la situación va a durar pocos días sin que tenga mayor trascendencia. 

En primer lugar queremos dejar claro que tu bebé no es vago ni nada por el estilo, poner etiquetas a los niños no nos ayuda a resolver el problema. 

¿Qué ocurre con los bebés bellos durmientes?

Normalmente, esta situación la observamos en bebés nacidos en partos inducidos o cesáreas electivas, y es fácil relacionarlo con este nacimiento para el que seguramente aún no estaban preparados. Pero también lo vemos en bebés a término y sanos, que por lo que sea, parece que no se han enterado de que han salido del horno. 

Y todo lo que hacen en el día es dormir: no piden el pecho ni tienen interés en ello, y en el caso que después de mucho molestarlos consigas que se agarren unos segundos, hacen dos o tres succiones, se sueltan y se vuelven a dormir sin comer.

Esta es una situación que es potencialmente peligrosa, pues muchas veces pensamos que si el bebé tiene hambre se va a despertar solo o que va a llorar. Y en estos bebés muchas veces no es así, pueden pasar horas sin comer y sin mostrar señales de hambre.

En estos casos es muy importante ser proactiva, ponerse manos a la obra y es que si el bebé no es capaz de despertarse, hay que darle la comida y marcar las tomas. 

¿Qué puedo hacer?

• Despierta (o intenta) despertar al bebé cada dos o tres horas
• Si no consigues que se activa, extrae leche y usa el método dedo-jeringa, ya que permite darle de comer aunque dormido y así cada 2h de día y cada 3h de noche hay que ir probando si quieren mamar y de no querer, ¡jeringazo de leche va!.
• Si se agarra al pecho realiza compresión mamaria activa para que coma lo máximo posible. 
• En ocasiones, se puede intentar el uso de una pezonera que les ayuda a recibir mejor el estímulo. 
• Suma a todo ello, mucha paciencia y regularidad
• Si le puedes mantener piel con piel mucho mejor para que no usen su energía para calentarse y no pierdan más peso
• Revisa la evoluación de pipis y cacas
• Y ante la duda, pesa al bebé desnudo cada 3-4 días

Sobre los 15-17 días de vida, lo habitual es que estos bebés decidan despertarse y empiezan a mamar con normalidad, como si nada hubiera pasado. Ya serán capaces de mantener la succión y mamar de manera efectiva.