Devolver leche después de la toma, lo que se conoce como regurgitar, es algo que hacen casi todos los bebés. Pero por muy común que sea, es una situación que puede poner nerviosas a las familias primerizas. El bebé se suele empapar entero e inmediatamente después de sacarlo todo pide mamar otra vez. ¿Cómo puede ser?

Es aquí donde empiezan las dudas ¿Le doy otra vez el pecho? ¿Es normal que saque tante leche? ¿El aspecto de la regurgitación es normal? ¿Es normal que lo haga tantas veces o en tanta cantidad?

¿Por qué regurgitan?

Cuando un adulto vomita lo suele pasar realmente mal, después de vomitar puede doler todo el cuerpo y normalmente pocas ganas quedan de comer absolutamente nada. Cuando un bebé regurgita lo hace sin apenas esfuerzo, la leche sale como una bocanada y listo.

Las regurgitaciones se suelen producir porque se han pasado de cantidad al mamar (en el caso de que tengan alguna dificultad de succión y, por ejemplo, tomen de manera excesiva leche rica en lactosa) o por inmadurez de la válvula del estómago. Suelen volver a pedir pecho de nuevo y se lo podemos ofrecer sin problemas, ya que no les va a hacer ningún daño.

El aspecto de las regurgitaciones suele despertar también mucha inquietud, ya que puede parecer de todo menos leche: grumos de leche o leche cuajada, agüita blanquecina, leche con mocos… Todos estos aspectos suelen ser normales y no deberían preocuparnos demasiado.

Si aparece sangre en las regurgitaciones y no tienes grietas, es mejor consultar al pediatra. Si las regurgitaciones no afectan a su peso ni a su bienestar no deberían preocupar demasiado, la mayoría de los bebés regurgitan hasta los 7 o 8 meses. Así que paciencia, tres mudas por si acaso y toalla sobre el hombro, que suele salvar la ropa de más de una bocanada.

¿Y si el bebé está pasando por una gastroenteritis?

Si el bebé está pasando por una gastroenteritis y tiene vómitos frecuentes es mejor consultar al pediatra. En caso de gastroenteritis no está recomendado suprimir la lactancia, lo ideal es realizar tandas de chupitos de teta de pocos minutos para que el bebé se mantenga hidratado, pero evitando que mame demasiado, pues eso puede provocar que aún vomite más.