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"Mi mayor miedo era dejar de dar el pecho"

"Mi mayor miedo era dejar de dar el pecho"

No todas las madres tienen leche suficiente (hipogalactia), al igual que hay personas con una cardiopatía o problemas de colon. No es algo que les pase a la mayoría sino que es algo residual, pero sí puede pasar, y pasa. ¿Cómo afrontar que tu bebé no aumenta suficiente de peso? ¿Cómo descubrir si realmente existe una baja producción de leche? ¿Dónde y a quién pedir ayuda y consejo? ¿Cómo mantener una lactancia combinada con el biberón? 

Ha habido tanta presión sobre las madres que no tenían ningún problema, que a veces nos olvidamos de que hay madres que sí pueden tener verdaderas dificultades y que quedan escondidas ante frases como “todas tenemos leche” o “es que no lo haces bien”.  Siempre va bien escucharnos las unas a las otras y ver que no todo es blanco o negro, que la hipogalactia sí existe y te puede afectar por más prolactancia que seas. Queremos agradecer desde LactApp la valentía de Raquel por compartir su magnífico relato, por ayudar a tantas madres desde su blog Hipogaláctika y por enseñarnos que se puede recorrer un camino distinto en la maternidad, que aunque esté lleno de baches que no esperábamos, también puede ser muy conciliador y reparador. Gracias Raquel.

Ese momento en el que el mundo se me vino encima… Mi bebé no se estaba alimentando y era por mi culpa.

Una tarde de octubre le preguntaba nerviosa a mi marido si los últimos pañales que había cambiado estaban mojados. «Creo que no… No lo sé… A lo mejor muy poco».

«¿Te has fijado si la rayita se ha puesto azul?», me preguntaba una amiga… «¿Qué rayita?» Ni me había fijado en la “modernez” de la rayita, que cambiaba de color cuando el peque mojaba un pañal…

Si mis cálculos no fallaban, hacía 12 horas que Adrián no hacia pis.

Mantenía 4 o 5 conversaciones simultáneas por whatsapp, con mamás recientes y alguna más experimentada, con un nudo en el estómago esperando que me dijeran que eso era normal.

Pero los resultados de Google no decían eso: «Seis o más pañales mojados al día, pis por cada toma…».

Con el nudo en el estómago nos fuimos a urgencias. Analítica de sangre para el peque y sacaleches para mí.

Creo que no lo he pasado peor en la vida. Tengo pánico a los análisis, y observar como sacaban sangre a mi pequeño de una semana que lloraba desconsolado no se va a borrar jamás de mi memoria.

Mi nerviosismo fue aumentando por minutos. Me tenía que extraer leche y de ahí no salía nada (bueno sí, unas gotitas). El pecho se me puso blandísimo, Adrián no quería engancharse y lloraba desesperado. Le dieron 10ml de fórmula en una jeringuilla y a los diez minutos hizo pis (por fin!).

Nos dejaron ingresados por la deshidratación del peque y para que yo siguiera utilizando el extractor después de cada toma.

Otra vez en el hospital, y esta vez por nada bueno. Me sentía la peor madre del mundo. ¿Cómo no me había dado cuenta antes de que no hacía pis? ¿Cómo no me había informado de las veces que debía hacer pis? ¿Por qué nos había pasado esto si le daba el pecho a demanda?

Meses antes de dar a luz, y por recomendación de varias amigas, me zambullí en el mundo de la lactancia. No es tan fácil como parece, me dijeron; infórmate bien, me aconsejaron. Y así lo hice. Acudí a varias reuniones de La Liga de la Leche, me leí de cabo a rabo su libro “El arte femenino de amamantar”, (que por cierto recomiendo totalmente); y me sentía muy preparada e informada para afrontar la lactancia con ganas.

Mi hijo comenzó a mamar al poco de nacer, en nuestro primer momento “piel con piel”, y las primeras horas lo hacía constantemente. Una de las enfermeras comprobó que tenía calostro (con muy poca delicadeza he de decir, ¡vaya pellizco!), además de asegurarme que tenía un pecho perfecto para amamantar (ayyy… ¡Si yo te contara!). Nuestra lactancia materna fue a demanda siempre. Adrián pedía cada hora y media, dos horas. A veces estaba una hora, otras media, otras casi dos horas… Y aunque era duro y sacrificado, sabía que merecía la pena y era lo mejor para él.

En la revisión con la matrona a los cuatro días, comprobó que tenía leche (es decir, ya me había subido), y de hecho me estuvo recomendado que me masajeara porque se me ponía un pecho muy duro y al niño le costaría mucho sacar.

Efectivamente, le costaba sacar porque prácticamente no había. En una semana había perdido un 14% de peso pese a la lactancia a demanda.

El extractor no era mi amigo. Además de ser desagradable solo sacaba 2 o 3 ml cada vez que lo utilizaba. Nos aumentaron el refuerzo, y en un solo día el peque engordó.

He de decir que me rendí a la lactancia artificial, aunque no del todo. Le seguía poniendo al pecho en cada toma hasta que él quería y después le dábamos el biberón, que devoraba sin pensárselo.

Mi sentimiento en ese momento era de fracaso absoluto. Tanto informarme e intentar hacer las cosas bien no había servido para nada. Mi pequeño se había estado deshidratando por mi culpa y ahora además le tenía que dar fórmula (hasta entonces me consideraba anti-bibes).

Con el tiempo fuimos asumiendo la situación, así como mi hipogalactia. Nunca antes había escuchado este término, ya que siempre se dice que “todas las mujeres pueden dar el pecho, que todas tienen leche”. Tras unas analíticas perfectas y un parto igual de bueno, achaco este problema a una intervención mamaria a la que me sometí hace años, así como un problema previo a la operación denominado “mamas tuberosas”.

Aunque en un principio me sentía abrumada por la situación y no tenía fuerzas para luchar, no me suelo rendir fácilmente y quise agotar todas las vías para evitar sentir que podría haber hecho algo más.

Hay un método (o tortura) llamado Extracción poderosa, que consiste en utilizar durante 48-72h un extractor eléctrico cada hora (por las noches cada 3-4h), para aumentar la producción de leche. Pues ahí me véis cual vaca lechera dale que te pego con el sacaleches (alquilé uno eléctrico doble en Prenatal), además de las pertinentes tomas de Adrián. Fue agotador tanto a nivel mental como físico, pero necesitaba hacerlo.

Según dicen, si esto no funciona, hay un problema real, y así fue. Mi extracción diaria no superaba los 30 ml y no aumentó en ningún momento.

Mi mayor miedo era dejar de dar el pecho, y es lo que intenté mantener a toda costa. Hacia los tres meses, Adrián empezó a rechazar el pecho. Creo que fue a raíz de unos días con “moquitos”, pero era acercarle y llorar desesperado. Probamos un relactador, así como muchos ratitos de piel con piel, baños juntos… Conseguí mantenerlo hasta los cuatro meses compaginando lo que he comentando junto con el sacaleches.

Llegó un momento que la situación empezó a superarme a nivel emocional. Si salía a comer por ahí, me sentía mal porque era una toma perdida al no poder extraerme leche; cada vez que le ofrecía el pecho y no quería sentía un rechazo tan profundo que se me hacía un nudo en la garganta. Así que, por su bien y por el mío, lo dejé. Me costó mucho tomar la decisión, porque disfrutaba al máximo de esa conexión inexplicable y maravillosa al amamantar.

La hipogalactia fue algo inesperado, pero que me ha hecho mucho más fuerte como madre y como mujer. Gracias a esto abrí un blog (hipogalactika.blogspot.com.es) para compartir mi experiencia y apoyar a madres con el mismo problema. Un problema invisible y desconocido para la mayoría de mujeres, que es necesario dar a conocer.

10 comentarios en «"Mi mayor miedo era dejar de dar el pecho"»

  1. No sabes lo identificada que me siento. Nadie te enseña a afrontar esta situación y tampoco te dicen que puede pasar. Gracias por compartir tu historia. Alivia saber que otras madres pasan por esto, porque a veces da la sensación de ser la única a la que le pasa.

  2. Me identifico contigo… yo llevo 5 meses de lactancia mixta. Tengo muy poca leche y los pezones planos, uno de ellos invertido. La niña chupaba como loca pero nunca tuve suficiente leche para ella. Me salieron grietas y necesito pezoneras, la niña ya no se apaña sin ellas. Me he puesto mala muchas veces en estos 5 meses y con cada gastroenteritis y amigdalitis me ha bajado mucho la producción, pero persevero y aquí seguimos. El sacaleches apenas me extrae nada, mi cuerpo no lo entiende… Cuando descubrí lo de la extracción poderosa mi marido ya había vuelto al trabajo y yo no pude ponerme el sacaleches cada hora, de verdad que con un bebé de 1 mes es imposible. Ahora tengo que volver yo al trabajo y me obsesiona pensar que se me va a cortar la leche, al final tengo una relación obsesiva con la lactancia y me da pena porque no lo he disfrutado ni una sola vez 🙁 sólo me queda la satisfacción de que me he esforzado por darle leche materna a mi hija.
    Gracias por compartir tu experiencia.

  3. Me sucedió con mis dos hijos, con el primero fue por falta de experiencia y tribu que me sumió en una depresión postparto, pero algo sucedió al 4 mes que me permitió gozar de una lactancia mixta. Con el segundo fue más terrible aún, estaba bien informada, dos consejeras de lactancia y la leche no fluia, tuve que hacer un duelo de lactancia exclusiva y afortunadamente la técnica del relactador me permitió darle el biberón mientras mamaba al mismo tiempo. A pesar de todo me aferre y seguí dando el poquito de amor que salia de mis pechos hasta los 13 meses del primero y hoy entramos a los 10 meses del segundo. Gracias por compartir tu historia, en ella me reflejo.

  4. Mi experiencia es calcada a la tuya…hasta con la esclavitud de la “extracción poderosa” que no me sirvió para nada. Mi hijo ingresado por deshidratación y justo antes mi matrona insistiendo en que lo que mi teta producía era “jalea real” y era más que suficiente para mi bebé. …a veces la insistencia en la lactancia materna exclusiva roza el sectarismo y a muchas madres nos acompleja y nos carga de culpabilidad cuando no podemos llevarla adelante. Gracias por tu blog y por compartir tu experiencia. A ver si así se empieza a reconocer que la “falta de leche” o hipogalactia no es una leyenda urbana

  5. Prácticamente has estado contando por lo que yo estoy pasando, mi bebé fué ingresado oor pérdida de peso a los 15 días de nacer, tras eso una asesora de lactancia me recomendó la relactación y llevo con ella un mes pero no veo que mi producción de leche aumente, y el prácticamente no quiere el pecho sin la sonda al ver q no saca nada y cuando se engancha es para dormirse y al soltarlo no para de llorar. Ahora voy a intentar la extracción poderosa, pero viendo los resultados que estoy obteniendo con la relactación no tengo muchas esperanzas.
    Es mi segundo hijo y, aunque no conseguí extraerme más de 120 o 150ml al final de la lactancia con mi primer hijo, estuve lactando hasta los 14 meses.
    Es frustrante porque para mí se está convirtiendo casi en una obsesión darle el pecho porque siento que no le estoy proporcionando los beneficios que le aporté a su hermano y no encuentras ninguna ayuda real, para la matrona y asesoras de lactancia parece que no lo intentas lo suficiente y que no lo haces bien, los pediatras y médicos te dicen que si no puede ser no pasa nada, para algunos familiares eres una cabezota obsesionada que casi está maltirizando al bebé por querer darle el pecho a toda costa.
    No he encontrado a nadie que me confirme que sufro hipogalactia y que me diga si se puede hacer algo para solventarlo o, al menos, mejorarlo.

  6. Que identificada contigo me siento, mi hijo estubo internado al tercer dia de vida por una deshidratacion y para mi esto fue lo mas doloroso, me sentia culpable por lo que el debia pasar chuzones de agujas no tenerlo en casa, tener q dejarlo allá por las noche es lo mas doloroso q he podido pasar, verlo deborarse el biberon fue duro para mi, ya tiene 3 meses y aun lloro recordando todo esto, cuando salio intente darle lactancia exclusiva estaba practicamente todo el dia con la teta en la boca pero no gano mucho peso y la pedihatra me envio a que debia retomar la formula y ahora toma una lactancia mixta. Gracias por compartir tu blog es bueno y un alivio saber que no eres la unica a la que le ha pasado esto. Bendiciones.

  7. Voy a probar la extracción poderosa en las próximas 24 horas. Mi hija tiene 8 semanas y desde la semana 2 nos dijeron que le diéramos LA porque perdió peso con el pecho a demanda.
    Nadie se atreve a decirme que no produzco suficiente leche, los médicos y expertos descartan los pechos tubulares y otra me dice que tengo más que suficiente leche pero la niña sigue sin coger el peso de forma normal. He probado casi todo y la extracción poderosa pretendo que sea lo último y si no consigo los 100 ml al final, me entregaré a la lactancia mixta e intentaré sobreponerme a este calvario de la mejor forma posible.
    Gracias por tu experiencia, ayuda verse reflejada en quien ha pasado por lo mismo

    1. Gracias a todas por compartir la
      Experiencia.
      Yo estoy en el 2º día de extracción poderosa y no veo mejoría… cuando te informas parece que va a ser infalible, y te vuelves a frustrar porque en ti tampoco funciona…
      Te preparan para la lactancia , todo va ahí en aniñado, o para dar biberón si es lo que decides. pero NADIE te prepara para ABANDONAR la lactancia materna si lo que DESEAS es LACTAR. Yo estoy en pleno bajón… ya es con mi 2ª hija

  8. Elementos, porfavor cuéntanos cómo te va, yo también estoy terminando de agotar los recursos y la verdad me siento muy triste. Estaré pendiente,. Gracias!!

  9. Han sido los tres meses más duros de mi vida… estoy haciendo la extracción poderosa y si no funciona empezaré un destete respetuoso por que la verdad mi bebé pelea mucho con el seno y me causa muchas Perlas de leche… hasta 4 en un solo pezon juntas

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