La leche materna se produce mediante un delicado equilibrio hormonal. En la producción de leche hay muchas hormonas implicadas, por lo que vamos a hablar de las tres protagonistas: prolactina, FIL y oxitocina

Empezamos hoy por esta última, la maravillosa oxitocina.

La oxitocina se produce en el cerebro y se almacena hasta que es segregada. Se pone en marcha cuando el bebé succiona el pecho. El impulso nervioso que llega al cerebro inunda a la madre, y al mismo cerebro, en el momento que esto sucede se ponen en marcha muchas interacciones fisiológicas.

Lo principal es que la madre experimenta una eyección de leche. Y es que los alveolos mamarios, las pequeñas fábricas donde se produce la leche, están envueltos por fibras que se contraen en respuesta a la oxitocina. De esta manera, la leche sale desde los alveolos y va hacia el pezón para que el bebé la pueda succionar. Os hemos hecho un vídeo demostrativo para que sea lo más gráfico posible.

Pero la oxitocina no solo se segrega por la estimulación en el pezón, como es el caso de la prolactina, los estímulos sensoriales como el tacto, el calor y el olor, liberan oxitocina materna… por esa razón, cuando una madre piensa en su bebé, huele su ropa o lo escucha llorar, puede experimentar una eyección de leche.

La oxitocina también produce un incremento de la temperatura de la piel de las mamas de la madre, que proporciona calor al recién nacido. De esta manera, mantener al bebé piel con piel le permite no tener que gastar energía y le evita bajadas de azúcar.

Además, la oxitocina reduce la ansiedad materna, baja la presión sanguínea de la madre y fomenta su tranquilidad. Es la responsable de ese sopor que nos entra cuando damos el pecho.

Nils Bergman afirma que la oxitocina es la encargada de que la madre experimente un fuerte instinto de protección y es clave para promover que madre y bebé se vinculen eficazmente.

Si quieres más información sobre todas las interacciones de la oxitocina en la maternidad y la lactancia, no os perdáis el libro de la doctora Kerstin Uvnäs Moberg que que plasma en este libro sus apasionantes descubrimientos acerca de la oxitocina.