Embarazada: 12 consejos para tu suelo pélvico
Es evidente que el cuerpo presenta cambios durante el embarazo. Esta serie de cambios hacen que el suelo pélvico sea más vulnerable, ya que cada modificación del cuerpo exige que este tenga que adaptarse para soportar los órganos maternos y al bebé.
Además, en este momento, es frecuente que surjan muchas dudas sobre que es recomendable y que es mejor evitar durante el embarazo.
Este post va destinado a resolver algunas de las dudas que puedan surgir y a establecer algunas estrategias para no perjudicar tu suelo pélvico durante el embarazo.
¿Qué es bueno para mi suelo pélvico en el embarazo?
A continuación, te traemos 6 de las principales recomendaciones sobre lo que sí es interesante hacer durante el embarazo:
1. Mantenerte activa y realiza deporte controlado:
El movimiento siempre va a ser beneficioso para el cuerpo y puede ayudar a eliminar o disminuir tensiones que puedan aparecer durante el embarazo. A no ser que el ginecólogo o la matrona lo contraindiquen por embarazo de riesgo, es recomendable que te mantengas activa.
2. Mantenerte bien hidratada:
Esto favorece que las estructuras como los ligamentos o la musculatura funcionen mejor, ya que la deshidratación produce una disminución de la funcionalidad de estas estructuras.
3. Evitar el estreñimiento:
Utilizar un taburete, no arquear la espalda al defecar, no hacer apnea y respirar profunda y conscientemente, pueden ayudar a reducir el estreñimiento que aparece durante el embarazo, acompañando todo esto de una correcta alimentación y una hidratación adecuada.
4. Priorizar una alimentación equilibrada.
5. Realizar ejercicios de movilidad de la pelvis y de respiración:
Esto favorece la disminución de tensiones de la musculatura, una mayor movilidad de las estructuras del suelo pélvico y evita la rigidez.
6. Acudir a una fisioterapeuta de suelo pélvico
Esta puede ayudarte en la preparación al parto, valorar tu suelo pélvico, darte estrategias y ejercicios personalizados (como el abrazo al bebé, en el que aprendes a activar tu musculatura profunda del abdomen) e informarte sobre qué debes tener en cuenta en los pujos para cuidar tu suelo pélvico.
Además, podrá informarte y enseñarte a realizar el masaje perineal, que ayuda a mejorar la elasticidad del tejido, si se realiza de forma continuada y según las directrices de la fisioterapeuta de suelo pélvico. Aunque no asegura la no realización de episiotomía o desgarro, al menos mejora la calidad del tejido y la capacidad de relajación del suelo pélvico.
¿Qué no es bueno para mi suelo pélvico?
Por el contrario, estos son algunas de los hábitos que es recomendable tener en cuenta para no perjudicar a tu suelo pélvico:
1. NO incorporarse hacia adelante:
Esto favorece el aumento de la presión abdominal y puede generar que aparezca una mayor diástasis en posparto, puesto que la activación abdominal no siempre es la correcta.
2. Evitar el pipí preventivo (o por si acaso):
Es cierto que en el embarazo tanto el factor hormonal como la presión que ejerce el bebé sobre la vejiga favorecen que aumenten las ganas de orinar, pero debe evitarse el pipí preventivo para no alterar el funcionamiento de la vejiga.
3. Evitar pasar muchas horas sentada sin movimiento:
Esto puede generar tensión en la musculatura y existe una mayor posibilidad de que adoptes posturas incorrectas.
4. Evitar o reducir la postura encorvada de la espalda durante la micción y defecación, incluso en tu día a día:
Eso hace que aumente la presión abdominal y también sobre el suelo pélvico.
5. No realizar deporte sin control: es importante tener en cuenta la respiración y evitar la apnea durante los ejercicios.
Además, es necesario adaptar los ejercicios en función del trimestre en el que te encuentres y la condición física de la que partas.
6. Evitar empujar en las defecaciones:
Es posible que aparezca estreñimiento durante el embarazo, pero debes saber que al empujar, aumenta la presión anal y eso favorece la aprición de hemorroides.