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Atención a la lactancia después de una cesárea

Atención a la lactancia después de una cesárea

Cuando atendemos a la lactancia después de la cesárea tenemos que tener en cuenta una serie de factores que van a impactar en ella.

Se conoce que las mujeres que dan a luz por cesárea tienen unos ratios de lactancia tanto al alta como a las semanas inferiores que las que han tenido un parto vaginal. Además, el nacimiento por cesárea va acompañado de mitos que pueden dificultar aún más la lactancia. 

La evidencia indica que la gran mayoría de las dificultades añadidas a la lactancia después de una cesárea son debidas a mitos y a prácticas clínicas inadecuadas.

Si se prevé que el nacimiento va a ser por cesárea, la madre debe tener toda la información para poder prepararse lo mejor posible, sobre todo si su deseo es amantar a su bebé.

Preparar la lactancia

En todos los casos, la información sobre la alimentación del recién nacido y sobre la lactancia es necesaria para que pueda iniciarse con éxito.

Si la cesárea está en un contexto en el que se prevé un riesgo aumentado de  hipogalactia por otros motivos (prematuridad, CIR, preeclampsia, diabetes gestacional, SOP,…) se puede valorar la posibilidad de realizar extracción prenatal de calostro. Esta técnica nos permite obtener una cierta cantidad de calostro antes del nacimiento y, posiblemente lo más interesante, es que hace que la mujer conozca su glándula mamaria y tenga dominada la técnica de extracción antes del parto. 

Preparar también el entorno para que después de la cesárea la madre reciba la ayuda necesaria también es importante.

Piel con piel

Algunos estudios apuntan que podría haber un retraso de la lactogénesis II después de una cesárea, pero la causa de este retraso podría ser debido a la separación del bebé al nacer, el piel con piel con la pareja. No realizar piel con piel directo con la madre durante la cesárea se podría considerar una práctica inadecuada.

Atención al dolor

Las pautas de analgesia deben ser las idóneas para asegurar el mínimo de la herida quirúrgica. 

Posturas adecuadas

Priorizar la comodidad de la madre y buscar las posturas antiálgicas, además de las posiciones del bebé que no impacten sobre la cicatriz.

Proteger la herida quirúrgica

Un truco muy sencillo es poner una toalla pequeña doblada a la zona de la cicatriz. De esta forma, los golpes que pudiera dar el bebé con los pies, se atenúan.

Atención temprana por aumento de riesgo de mastitis

El uso de antibioticoterapia aumenta el riesgo de mastitis, por lo que las mujeres que han tenido el bebé por cesárea podrían desarrollar una mastitis más fácilmente. Por este motivo, le debemos dar a la mujer la información necesaria para detección temprana de esta dificultad en la lactancia.

Sobreestimación del peso al nacer

La infusión de líquidos endovenosos está relacionada con el aumento del peso del bebé, por lo que éste puede estar sobreestimado. Cada vez hay más publicaciones que recomiendan medir el peso del recién nacido a las 24h después de la cesárea para evitar la sobreestimación. 

Informar a la madre y familia 

La cesárea está rodeada de mitos infundados sobre su lactancia posterior. Tanto la madre como sus vínculos más próximos deberían poder acceder a información veraz y acompañamiento actualizado para poder conseguir la lactancia que desean.

Referencias

East CE, Dolan WJ, Forster DA. Antenatal breast milk expression by women with diabetes for improving infant outcomes. Cochrane Database of Systematic Reviews 2014, Issue 7. Art. No.: CD010408. DOI: 10.1002/14651858.CD010408.pub2. Accedida el 18 de abril de 2024.

Moore ER, Bergman N, Anderson GC, Medley N. Early skin‐to‐skin contact for mothers and their healthy newborn infants. Cochrane Database of Systematic Reviews 2016, Issue 11. Art. No.: CD003519. DOI: 10.1002/14651858.CD003519.pub4. Accedida el 18 de abril de 2024.

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