"Al profundizar en la lactancia se abrió ante mi un mundo apasionante"
Tuvimos el inmenso placer de conocer a la doctora Belén Martínez-Herrera en una de las conferencias del Congreso Lacta21. Inmediatamente Maria se quedó prendada por su ternura, humanidad y profesionalidad. No pudimos más que pedirle que nos respondiera unas preguntas para el blog. Nos quejamos muchas veces de los sanitarios y su falta de formación e implicación en relación a la lactancia, y nos parece obligado reconocer a los profesionales, que como ella, trabajan en pro y a favor de la lactancia.
Cree que en estos momentos en España los profesionales de la salud reciben suficiente formación en lactancia materna, ¿En su paso por la universidad aprendió algo de lactancia?
Estudié medicina en la universidad de Zaragoza a finales de los 70, recuerdo haber estudiado la patología de la mama, pero no recuerdo haber estudiado nada sobre lactancia materna. Posteriormente me formé como pediatra en Santander en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y durante la residencia recibí mucha información sobre la composición de las diferentes leches de fórmula y sus diferencias con la leche materna pero realmente casi nada sobre apoyo y manejo de los problemas de lactancia. Cuando terminé la especialidad tenía claro que “la lactancia materna era el mejor alimento para el lactante y que además favorecía el vínculo”. Lo del vínculo me parecía que era algo importante, aunque por aquel entonces no entendía muy bien lo que significaba.
Soy profesora asociada de pediatría en la Universidad de Cantabria y conociendo la repercusión de la lactancia materna en la salud física y emocional de la población, creo que en general, la formación pregrado de los profesionales sanitarios no es suficiente, depende de los planes de estudios y en gran medida del profesor responsable de la asignatura de pediatría. Por ejemplo, en Cantabria del año 2008 al 2014 coincidió que yo estuve trabajando en la maternidad y que la responsable de la asignatura de pediatría era la Dra Lozano que era miembro del comité de lactancia de la AEP. Durante esos años, los alumnos de medicina recibían al menos 5 horas de formación teórico práctica en lactancia materna y en mi opinión finalizaban la carrera con una formación básica adecuada para un médico general. En la actualidad reciben una hora escasa de formación específica en lactancia materna. ¡¡Una hora de formación en 6 años de carrera!!
En cuanto a la formación postgrado, va a depender sustancialmente del hospital donde te formes y del interés personal de cada profesional. Considero que dentro de sus competencias, los profesionales que tienen relación directa con las madres y los lactantes, fundamentalmente pediatras, enfermeras de pediatría y matronas, deberían estar capacitados para saber abordar los problemas más frecuentes de lactancia; sin embargo la realidad es bien distinta y hay madres con dificultades que a pesar de acudir en múltiples ocasiones a estas consultas no reciben el apoyo que necesitan y al final abandonan la lactancia sin desearlo. En algunos casos, les queda un sentimiento de fracaso y frustración que les acompaña durante mucho tiempo y que además se transmite de generación en generación.
La verdad es que encontrar pediatras que sepan tanto de lactancia es una suerte para las familias. ¿En qué momento empezó a tener interés por la lactancia?
Creo que dentro de mis conocimientos siempre tuve interés por la lactancia. Ya llevaba 5 años trabajando como pediatra cuando tuve mi primera experiencia como madre lactante y fue entonces cuando tomé conciencia de que mis conocimientos en lactancia materna y los de todos los pediatras de mi entorno, entre ellos mi marido, eran mínimos. Todos querían ayudarme pero no sabían cómo, no entendíamos porque tenía tantos problemas (grietas, necesidad de pezoneras, mastitis recurrentes…). Me di cuenta de que lo único que sabíamos hacer era animar a las madres que por supuesto es importante y controlar el peso semanalmente. “Si el lactante tenía una ganancia de peso adecuada”, contase lo que contase la madre, “todo iba bien” y si no no era así, recomendábamos aumentar la frecuencia de las tomas; si con esta medida no era suficiente indicábamos suplementos de fórmula. Algunas madres me decían “ya lo decía mi madre, este niño se queda con hambre…” A mí me daba rabia, pero tenían razón, realmente para controlar el peso y dar biberón cuando la ganancia no es adecuada no es necesario acudir al pediatra.
Aunque los primeros meses de lactancia fueron muy difíciles, me compensó con creces. Pude llegar a disfrutar de una lactancia prolongada y además, las dificultades me ayudaron a tomar conciencia de lo poco que sabía, de que no abordaba los problemas de lactancia con el mismo rigor y profesionalidad con que abordaba el resto problemas pediátricos y de que por lo tanto tenía que formarme.
¿Qué les recomendaría a los futuros y futuras pediatras de este país en relación a la lactancia?
Teniendo en cuenta que los problemas de lactancia son un motivo de consulta frecuente durante los primeros meses de vida, les recomendaría que adquiriesen los conocimientos necesarios para abordar estos problemas, con el mismo rigor que se abordan el resto de los problemas pediátricos (infecciosos, digestivos, renales, emocionales…) Tener una buena formación en lactancia materna, además de ayudar a salvar muchas lactancias con todo los beneficios que conlleva, les va a ayudar a establecer una excelente relación con las familias. Los problemas de lactancia se suelen poner de manifiesto en las primeras visitas al pediatra y cuando una madre recibe el apoyo o la ayuda que necesita en un momento tan especial, no lo olvida jamás.
Para mejorar su formación en Lactancia les recomendaría que en el primer año hiciesen el curso de la IHAN para residentes, así podrían aplicar y afianzar los conocimientos adquiridos durante la residencia, especialmente su rotación por la maternidad y por la unidad de hospitalización neonatal. Además, si tienen la suerte de estar en un hospital con Clínica de Lactancia, les recomendaría que incluyesen en su formación un periodo de estancia, para aprender a manejar los problemas más complejos
Y poder contar con una pediatra que además sea IBCLC ya es un lujazo ¿Qué le hizo decidirse para conseguir la acreditación IBCLC?
Yo ya llevaba casi 20 años formándome y trabajando en la promoción y el apoyo a la lactancia cuando en el año 2010 decidí acreditarme como IBCLC. Desde el año 2007 al 2014 trabaje en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla impulsando los cambios necesarios para mejorar la asistencia al nacimiento y la lactancia y adaptar las rutinas hospitalarias a las recomendaciones actuales. Todos los cambios son difíciles y mucho más cuando la necesidad no surge de los propios trabajadores pero con el esfuerzo de todos los profesionales se consiguieron mejoras muy importantes, se cerró el nido, se implantó el contacto piel con piel, se abrió una Clínica de Lactancia… Durante este periodo yo desarrollaba mi labor asistencial en la Maternidad y en la Clínica de Lactancia del hospital y realmente el motivo fundamental para decidir acreditarme como IBCLC fue que muchas enfermeras cuestionaban los cambios y consideraban que “porque yo iba a saber mas de lactancia que ellas, sí ellas llevaban muchísimos años ayudando a las madres en la maternidad”. Esta situación hizo que me plantease que tenían parte de razón y que dado que existía un título reconocido internacionalmente, para el cargo que estaba desempeñando en ese momento, era importante que me acreditase como Consultora Certificada en Lactancia Materna
¿Qué satisfacciones le ha aportado conseguirlo?
Al profundizar en la lactancia se abrió ante mi un mundo apasionante que de alguna forma ha condicionado mi trayectoria profesional y personal. Acompañando a las madres he recibido muchísimas satisfacciones y he aprendido muchísimo, observando sus miradas, sus silencios… he ido aprendiendo de mis propios errores, las considero mis grandes maestras y les estoy muy agradecida; además creo que el agradecimiento es mutuo porque cuando quedé finalista en Doctoralia Awards 2015, la distinción estaba basada fundamentalmente en las opiniones de las madres que acuden a la Clínica de Lactancia. La verdad es que sus valoraciones son muy emotivas, y no me sorprende porque hablar de lactancia es hablar de sentimientos y emociones muy profundas, tanto si son positivas como si son negativas.
En un principio me plantee la acreditación IBCLC como un mero trámite administrativo que demostrase mis conocimientos en lactancia materna, pero realmente me ha aportado mucho más de lo que esperaba. Me ha permitido conocer en profundidad y aprender las habilidades propias de las consultoras de lactancia, participar en los foros y enriquecerme con los conocimientos y experiencias de otros compañeros. Por ejemplo, para mi fue una satisfacción que os gustase mi participación en el Congreso Lacta21, como os dije soy una admiradora vuestra, creo que teneis una web y una App muy bien documentadas y muy didácticas, que son de gran utilidad para las madres y también para algunos profesionales. Pienso que posiblemente si no hubiese sido IBCLC no hubiese tenido el gusto de conoceros y seguiría admirándoos en la distancia 🙂
¿Cree que habría que animar a los pediatras a conseguir la acreditación IBCLC?
Sobre todo creo que hay que animar a los pediatras a que tomen conciencia de que hay abordar los problemas de lactancia con el mismo rigor con que se abordan el resto de los problemas pediátricos, de que como en el resto de las áreas de la pediatría es necesaria la formación continuada, de que los suplementos de fórmula en un momento dado pueden ser necesarios pero no son la solución y si no van acompañados de las medidas necesarias para solucionar la causa de los problemas van a conducir a un destete precoz en muchos casos no deseado.
Hay muchos problemas de lactancia que requieren la valoración de un médico, con amplios conocimientos de pediatría y de lactancia materna y por lo tanto sería estupendo que hubiese muchos pediatras con la acreditación IBCLC. Lo ideal sería que en todos los grandes hospitales, igual que en otras áreas de la pediatría, existiese una consulta especializada en Lactancia Materna donde poder remitir los casos más complejos y que además sirviese de referencia para el resto de los profesionales.
Me gustaría terminar mostrando mi agradecimiento a todos esos pediatras que han dedicado gran parte de su actividad a la promoción y apoyo a la lactancia y aunque no tienen la acreditación IBCLC saben mucho más que yo y han sido y siguen siendo nuestros referentes.