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“He conseguido salvar nuestra lactancia”

“He conseguido salvar nuestra lactancia”

Me llamo Silvia, y coincidí con Alba Padró en una charla del banco de leche materna en Sant Andreu (Barcelona, España). Gracias a la ayuda de Marta del grupo de Alba Lactancia – Sant Andreu, a Inma Marcos y Marta Ibarra que me vieron en Néixer a casa y a Paula Rodríguez, que es mi actual pediatra, he conseguido salvar la lactancia y empezar a disfrutar de ella. Me he decidido a escribir mi historia y me gustaría que la leyérais. Ojalá pueda ayudar a otras mamás. Gracias, y felicitaros por todo el trabajo que hacéis. ?

Este escrito habla sobre mi segunda maternidad…  De todo aquello que he hablado, pero quizás sin orden, ni distancia emocional. En primer lugar, lo escribo para pedir perdón a mi niña y perdonarme a mi misma. Estoy segura de que también me ayudará a aclarar y ordenar muchas cosas. Nos ha costado llegar hasta aquí pero hemos llegado, mi guerrera y su mamá, pisando fuerte. Queda mucho camino por recorrer, espero que toda una vida, el máximo tiempo posible, un tiempo infinito… Digo que nos ha costado porque no empezamos demasiado bien. Hay momentos cruciales que marcan relaciones posteriores y podría empezar por el embarazo.  En mi caso, no voy a generalizar, el segundo embarazo fue más duro, con más dolores. Abiertamente digo que no lo disfruté como el primero, y quizás ese no disfrutar marcó muchas cosas. Tuve contínuamente una dualidad de sentimientos y emociones positivos y negativos, y muy poca conexión cuerpo-mente, se apoderó de mí el miedo a hacerlo mal, a dividir mi amor, al parto… No, no era primeriza, pero me sentía así, y me dejé llevar.

No entraré en detalles médicos, pero con decir que todo era normal, iba bien y nada de humanidad, creo que lo digo todo. Y ahora vamos al parto… el maravilloso parto… fue un parto rápido, sin puntos y hubo piel con piel. Hasta ahí todo perfecto pero… hubo una inducción, sin ningún motivo, semana 39+3, sala de dilatación, varios tactos, rotura de bolsa, oxitocina, y prisa, mucha prisa… tanta prisa que me apretaban la barriga para que saliera la placenta. ¿Y yo? Seguía desconectada… No decía nada, me dejaba llevar, estaba ausente. Así que mis sentimientos en nuestro primer encuentro no fueron positivos y a esto le siguió una lactancia muuuuy complicada. Frases como: “Vaaa, si ya es la segunda”, fueron constantes. En mi interior algo me decía que no funcionaba, pero yo seguía dejándome llevar. A la salida del hospital, no podía andar de lo hinchada que estaba, y Lia solo dormía o lloraba, algo no iba bien. Pedí ayuda a la señora comadrona… y me dijo que tomara cola de caballo en pastillas, que estaba hinchada de estar en cama?! Y me volví a dejar llevar, sin saber que hay un riesgo muy alto al tomarlo si das pecho. A todo esto en casa nos esperaba mi otra hija, Thais, 3 años, y yo arrastrando mi sentimiento de culpabilidad y mi ánimo. A casa llegó una mamá insegura, ausente…. Y claro que habían momentos de felicidad, pero yo me sentía rota, y en ese momento no veía porqué.

Pasaron varios días y veía que la lactancia no funcionaba y pedí ayuda a una asesora de lactancia. Marta fue mi esperanza y gracias a ella y su guía hoy puedo decir que sigo dando pecho. Me apoyó, comprendió, escuchó y guió. Me recomendó que fuera a Alba Lactancia, y allí me siguieron ayudando.  La lactancia se convirtió en un reto, lo iba a conseguir, no había tenido el parto deseado, pero la lactancia sí la conseguiría. Fue muy duro ver que Lia cogía el peso justo, aguantar la presión de las voces que me aconsejaban dejarlo porque no tenía leche, el biberón era más fácil. No disfrutaba, me dolía… y había dolor físico y psíquico.. Además, yo sólo comparaba a mis niñas… Pero, decidí estar presente, ya no me iba a dejar llevar, lucharía hasta no poder más por lo que quería y era dar pecho exclusivo. Gracias, repito, a Marta y el grupo de Alba Lactancia Sant Andreu, a Inma Marcos y Marta Ibarra, mi lactancia exclusiva hoy es posible. Hemos lidiado con un frenillo tipo 4, con 2 frenectomías (una supuestamente nada más nacer… la segunda a los 2 meses), suplemento 2 semanas, retirada del mismo, pezoneras hasta los 3 meses, tomas interminables, peso justo, 2 cambios de pediatra, y lágrimas, muchas lágrimas. Y voces, demasiadas voces… Y entonces apareció o busqué otra profesional que me ayudó, mi pediatra, Paula Rodríguez. Su dulzura y la calma que transmite fueron suficientes. Empecé a relajarme, me tranquilizaba con el tema del peso, empezaron a desaparecer las comparaciones. A día de hoy seguimos luchando y sí, lo sé, seguiremos haciéndolo toda la vida. No daré importancia a tod@s aquell@s que dicen que no es para tanto, cada uno que piense lo que quiera y que viva su vida, yo ya vivo la mía.  Para mi familia lo ha sido, ha sido mucho, pero lo mejor es que nos ha unido más, hemos batallado juntos y seguimos haciéndolo. Todo lo vivido nos ha fortalecido. Cada día hay más luz, no hemos dejado de buscarla. Salimos del túnel, curándonos… gracias sobre todo a mi marido por su paciencia y apoyo incondicional, por su amor, escucha, te adoro Mio. A mi Esti que me aportó luz, que me ayudó a ver lo positivo, lo bonito, te quiero. A la tribu de mamás en harmonía, sobre todo a ti Anna que me has escuchado y entendido taaantas veces. A mis padres, y a todas esas personas que han visto cómo me he roto y cómo me he ido recomponiendo… A ti Anna M. que sigues escuchando a mi niña interior. A ti, Thais, mi niña, mi vida, te pido perdón, pero desde el amor, porque te amo con todo mi corazón. A ti mi pequeña Lia que nos has traído mucho que aprender, nos has mostrado tu fuerza, tu grandeza, te amo con todo mi corazón. Deseo que este escrito ayude a otras mamás, familias. Pedid ayuda, sentiros tranquil@s, segur@s y convencid@s de lo que hacéis y de quién os asesora.

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