Menos beneficios y más apoyo
Igual que no compramos una película por el contenido extra que podemos ver en ella, las madres no amamantamos por los beneficios “extra” de la lactancia
Termina la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2016 y nos deja con una sensación agridulce por la existencia de cada vez hay más madres y profesionales sanitarios que se informan y mejoran activamente la realidad de la lactancia materna, pero al mismo tiempo, con la clara evidencia de que queda muchísimo camino por recorrer.
Esta Semana Mundial de la Lactancia se ha centrado en recalcar el papel de la lactancia para potenciar el desarrollo sostenible. La lactancia es un factor positivo en todos los aspectos: mejora la salud de la población a corto y largo plazo, disminuye la pobreza, mejora el medio ambiente y, en definitiva, potencia el desarrollo sostenible. A día de hoy, todo el mundo sabe que la lactancia es lo mejor y lo es a todos los niveles.
¿Cuál es el problema? Pues que aún a sabiendas de que cada mujer que amamanta a su hijo nos está beneficiando a todos, lo que hacemos como sociedad es ponerle las cosas muy complicadas. Comenzando por la atención que recibe una madre durante el embarazo y el posparto, el entorno social y familiar, los sanitarios, las escuelas, las empresas y los espacios públicos. En casi todos los niveles, las madres se pueden sentir poco apoyadas o hasta incluso reprobadas para continuar con la lactancia.
No se trata de convencer a las madres, ¡ellas quieren amamantar! Hay estudios que indican que más del 90% de las madres expresa su voluntad de dar el pecho a su bebé antes de parir, pero la falta de información y apoyo acaban por desalentar a la mayoría.
Y la motivación de las madres para amamantar tiene poco que ver con el desarrollo sostenible. Eso es, como decíamos, el contenido extra del DVD. Las madres pueden sentirse bien o hasta incluso orgullosas de estar mejorando el medio ambiente con su acción, pero no lo hacen con este fin. Su principal motivación es la salud de su hijo, el vínculo que se crea entre ambos, el amor o incluso la practicidad de amamantar. Por eso, no se trata de convencer a las madres sobre el beneficio de amamantar, sino que hay que convencer a la sociedad sobre el beneficio de que las madres den el pecho.
Si la lactancia es tan importante, y está claro que lo es, lo que hay que hacer es apoyarla de forma activa, sostenida y positiva. No hace falta convencer a las madres de que den el pecho sino que hay que ayudarlas cuando tengan dudas o dificultades. Acompañarlas en sus decisiones, ofrecer todos los recursos posibles, avanzarnos a sus necesidades.
Necesitamos más recursos destinados a la lactancia, más formación para los profesionales sanitarios, más dificultades a las marcas de leche artificial para promocionar sus productos, más ayuda para las asociaciones que luchan cada día por apoyar a las madres y más respeto en general hacia las decisiones de las madres. Siempre que una madre tenga información y apoyo, tomará buenas decisiones.