Porque los trillizos también quieren mamar
Nos orgullece mucho poder compartir con vosotros este increíble testimonio. Muchas de nosotras sabemos lo que implica amamantar a un hijo, y cómo llegan a ser de abrumadoras las críticas y comentarios que recibimos. ¿Qué pasa cuando en vez de 1, resulta que son 3? ¿Cómo se puede preparar una mujer para una lactancia de trillizos? ¿Qué apoyo necesita? ¿Qué aliados son imprescindibles? ¿Cómo se puede organizar?
Si tienes gemelos o trillizos y te planteas amamantar, aquí tienes una gran fuente de inspiración. Un caso real, de una familia que luchó por la lactancia de sus bebés y que lo consiguió con creces, llegando a dar 8 meses de lactancia materna exclusiva. Desde aquí queremos felicitar a estos padres (y sobre todo a esta madre) que ha luchado por sus convicciones y mostrando que sí se puede amamantar a tres y que la vivencia puede llegar a ser magnífica. Transcribimos su relato tal cual, esperamos que lo disfrutéis tanto como nosotras:
Siempre supe que quería amamantar a mis hijos cuando los tuviera.
Lo que no imaginaba es que fuera a tener tres bebés a la vez. A pesar de ello, cuando me dieron la noticia, este deseo no cambió en absoluto. Porque la LM es lo que necesitan, lo mejor para su salud y para la mía, por el vínculo, el apego, por la ternura que conlleva alimentar así a tu cría. Entendí que no por ser tres iban a dejar de nacer con la necesidad de mamar, todo lo contrario, precisamente porque eran tres lo necesitarían aún más.
Comenzamos por ello a buscar información específica sobre lactancia a trillizos pero no encontramos apenas. Una guía de lactancia a múltiples hubiera sido imprescindible en ese momento, pero no recibí ninguna durante el seguimiento de mi embarazo, así que toda la preparación prenatal fue por nuestra cuenta.
Tuve la suerte de que mi cuñada, que amamanta a mi sobrina de 3 años, me regaló lo que para ella es la Biblia de la lactancia: “Un regalo para toda la vida” de Carlos González.
Gracias a este libro me maraville aún más con cómo funciona la teta, y lo más importante: en él se afirmaba que se podía amamantar a varios bebés a la vez, lo que me dio la confianza suficiente para no abandonar mi deseo de dar de mamar a mis trillizos cuando nacieran, a pesar de que prácticamente todos los comentarios que recibía eran desalentadores: No vas a poder, te espera una buena, estás loca…. nunca en mi vida me habían dicho tantas veces que no iba a poder hacer algo, y a pesar de ello, nunca lo había intentando con tanto empeño.
Leyendo este libro aprendí algo esencial: distinguir los comentarios infundados, de tal forma, que no sólo no minaron mi deseo, sino que además, conseguí canalizar la rabia que me producían para reforzarlo, demostrando así a toda esa gente que los trillizos también quieren mamar.
Contaba además con el apoyo incondicional de mi pareja, que ante un reto así es indispensable. Él también entendía lo importante que sería para nuestros hijos la LM, y como ésta conseguiría que pudieran recuperarse antes sabiendo que, lo más seguro, es que fueran prematuros.
Si dependía de nuestra capacidad de entrega y dedicación lo haríamos sin problema. Por desgracia en este camino te encuentras con muchos más obstáculos que debes salvar. Nosotros tuvimos suerte para poder hacerlo, no así otras madres de trillizos que he ido conociendo después, que no han podido a pesar de su esfuerzo: si no diagnostican bien los frenillos y tienes que desplazarte a muchos km para que puedan operarles, si tardan tantos días en ponerte a los niños a la teta que ya no saben ni cómo hacerlo, si te atiende personal que no tiene idea de lactancia, nuestros bebés quedan condenados a la lactancia artificial.
Todos estos obstáculos los he ido conociendo ahora que estoy metida en esta aventura, y saberlas de antemano podía haberme ayudado mucho. Por suerte, estando embarazada ya sabía de las dificultades de amamantar a un solo bebé hoy en día y por eso como parte de la preparación para evitarlos acudimos a una reunión de la liga de la leche. Allí una monitora madre de gemelos me dió los mejores dos consejos que he recibido: no esperes a que tengan hambre para darles teta y colecha.
Y así llegó el día en que nacieron mis trillizos. Me habían ingresado en el Hospital de Cruces una semana antes por preeclampsia y el día 07 de mayo de 2013 me practicaron una cesárea programada a la semana 35+4. Las niñas pesaron 1.980 y 1.960, y subieron conmigo a planta, el niño sin embargo pesó 1.760, así que decidieron ingresarlo en neonatología.
Mi primera experiencia con la lactancia vino de la mano de una enfermera que en recuperación me puso por primera vez a una de mis hijas a mamar, después de masajearme el pecho y decirme que tenía muy buen calostro. Agradecí enormemente ese apoyo. Sin embargo, según subimos a la habitación una auxiliar de enfermería se asomó por la puerta con unas jeringas de suplemento en la mano y nos dijo:
-Tenéis que darles esto a las niñas cada tres horas.
Aún en shock por la intensidad de lo vivido horas antes, solo se me ocurrió preguntar si nos lo traían ellas o se lo teníamos que pedir y su contestación fue:
-Los hijos son tuyos, ¿no? Pues entonces tendrás que pedírmelos tú.
Después de eso pocas ganas nos quedaron de preguntar nada más.
Desde ese momento, las niñas mamaban y después les dábamos el suplemento que nos iban pautando (10 ml el primer día, 15 el segundo…). Nos daba la sensación de estar forzándoles ya que era bastante frecuente que regurgitaran tras tomarlo. De hecho, ya la primera noche tras darle mi pareja el suplemento a una de las niñas, y pasar muy mal rato viéndola vomitar todo, decidió que nunca más iba a volver a forzar a ninguno de sus hijos a comer.
No fue hasta el segundo día cuando pude por fin subir a conocer a mi hijo y darle de mamar por primera vez. En ese momento descubrimos al ver el bote del suplemento que se trataba simplemente de leche artificial. Debido a nuestra inexperiencia y ante la falta de información, pensábamos que los suplementos eran una especie de complejos vitamínicos o medicación necesaria para los niños debido a su prematuridad. Al darnos cuenta de que esto no era así, empecé a utilizar sin descanso el sacaleches que me había llevado al hospital. Más tarde encontramos en la repisa de la ventana un papel donde explicaba, entre otras cosas, que los suplementos podían ser de la propia leche de la madre. No entendemos que no se nos hubiera informado mejor sobre ello. A pesar de que más adelante nos felicitaron por tratar de amamantarles.
Para cuando la pediatra me pregunto si ya había subido el sacaleches, yo ya había comenzado a utilizar el mío que había llevado a la habitación, y así podía aprovechar cada minuto que tenía. A pesar de ello, al principio conseguía sacarme 20 ml de cada vez, lo que no llegaba para suplementar tanto como nos mandaban. Pero el saber que los suplementos que les pautaban tan solo era leche artificial, unido a nuestra decisión de no forzar a nuestros hijos, hizo que comenzáramos a dejar de darles tanto como nos decían para pasar a ofrecerles lo que consiguiera sacarme. Estábamos tranquilos haciéndolo así ya que poníamos a las niñas a mamar muy a menudo, a veces cada hora y estábamos muy pendientes de que no se durmieran a la teta. Pensábamos que si nos estábamos equivocando al tratar de hacerlo así, podríamos rectificar a tiempo ya que los controles de peso eran diarios.
Nosotros teníamos mucha confianza en la capacidad de una mujer de amamantar a sus crías y la visita que nos hizo María de la liga de la leche para confirmar que el agarre de las niñas era el correcto, nos dio mucha tranquilidad, ya que sabía que si no conseguían una buena postura podía tener problemas de grietas y que los niños no mamaran en condiciones. Afortunadamente nuestra lactancia marchaba correctamente en el caso de las dos niñas.
Por el contrario, con el niño las dificultades a las que nos enfrentábamos eran aún mayores: a las derivadas de su prematuridad, había que sumar las propias de las características del funcionamiento de la unidad de neonatología. El uso del biberón lo solucionamos pidiendo al personal médico que solo utilizaran jeringa para alimentarle. Pero los estrictos horarios para las tomas eran una dificultad insalvable para ofrecer teta a demanda. El resultado de esto era que en muchas ocasiones el niño en el horario marcado no quería mamar o que a mí me resultara imposible subir en ese momento ya que tenía a las niñas al pecho. Por lo que la única alternativa que nos quedó fue que mi marido permaneciera conmigo durante todo el ingreso en el hospital día y noche para así poder subir a todas las tomas con la leche que yo iba extrayéndome. Varios comentarios desalentadores sobre lo que tratábamos de conseguir, añadido a la sensación continua de estar siendo examinados, ya que nos explicaron que darían el alta al nene no sólo cuando estuviera bien de peso sino cuando nos vieran preparados para atenderle, aumentó nuestra sensación de inseguridad. Lo que hacía las visitas a neonatología un duro trago.
A pesar de ello estamos muy agradecidos de que sacaran a nuestro hijo adelante.
Esforzarnos tanto en quitar los suplementos de artificial fue clave en aumentar mi producción: al cuarto día de vida logramos que el niño ya solo tomara LM y al séptimo podíamos suplementar a las niñas con mi leche en las dosis que nos iban indicando los pediatras. Y 9 días tras su nacimiento nos dieron el alta.
Estando ingresado el niño aún en neonatología, nos habían comunicado que tendrían que operarle más adelante de cráneosinostosis, y al estar todavía con un peso un poco bajo, decidieron que fuera con hospitalización a domicilio. El momento de conocer a las pediatras que acudirían a nuestra casa a hacer el seguimiento creo que es un ejemplo de la actitud de mucho del personal médico que nos ha atendido durante toda esta aventura:
Según entramos en la sala e hicieron las presentaciones sus primeras palabras fueron:
– Bueno, ya nos han dicho que quieres darles LM, pero bueno, si no lo consigues y la salud de tu hijo se ve perjudicada… habrá que darle artificial. Porque si lo consigues sería de libro. –
En ese momento, nos quedamos sin palabras, no sé si nos creían unos locos de la teta, o simplemente la falta de experiencia con lactancia a trillizos les hacía tener un punto de vista de tanta desconfianza. Solo pudimos asentir. Nos parecía increíble que no se dieran cuenta de que precisamente porque nos importaba la salud de nuestros hijos estábamos intentando darles LM. Comentarios de este tipo y que cada vez que venían a vernos a casa trajeran dosis de leche artificial a mi entender no es una forma de fomentar la lactancia materna. Sin embargo, este servicio de hospitalización a domicilio facilita mucho la recuperación de los niños y las visitas de las doctoras aportan mucha tranquilidad y confianza.
La experiencia en el hospital fue tan dura, que al llegar a casa nos pareció facilísima la tarea que teníamos por delante. Ahora sí que podíamos controlar las visitas que recibíamos, lo que nos fue imposible durante el tiempo que estuvimos ingresados, porque a pesar de que habíamos avisado a amigos y familiares que no queríamos visitas para poder aprovechar todo el tiempo y las fuerzas para atender a nuestros bebés, la habitación era un continuo ir y venir de gente, entre el personal médico, visitas inesperadas e incluso gente que no conocía de nada que entraba en la habitación a ver a los trillizos. Pregunté la posibilidad de poner algún papel en la puerta o algo para impedir que sucedieran estas cosas, pero me comentaron que lo único que podía hacer era avisar en información. El tiempo que estuve ingresada tenía la sensación de estar viviendo en la boca del metro. Así que llegar a casa fue una maravilla.
Habíamos preparado la casa para que esta fuera cómoda y práctica a la llegada de los nuevos miembros de la familia y ésta fue nuestra forma de enfrentarnos a esta aventura, dejando de lado las cosas menos importantes para centrarnos en los bebés. Los 3 mamaban a demanda, sin que pasaran nunca más de tres horas como nos habían indicado y suplementándoles además con mi leche aproximadamente con las cantidades que nos pautaban.
Las horas del día parecían no ser suficientes muchas veces ya que en ocasiones estaban mamando una hora cada uno y si a eso le sumas que entre medias tenía que sacarme leche para los tres era un trabajo sin descanso. Pero lo conseguíamos. La mayoría de las veces me los ponía de uno en uno, aunque con dos a la vez hubiera adelantado bastante tiempo. Sin embargo, al principio, no me era muy agradable sentir dos succiones distintas, ni era muy cómodo ponérmelos ya que me faltaba práctica y cuando son muy bebés cuesta más colocarlos. Así que, a no ser que pidieran a la vez, me ponía uno en una teta, luego el otro en la otra y el tercero en la primera o en las dos. Y luego el cuarto bebé: el maldito sacaleches.
Desde luego era lo que más me costaba. Aunque esto mejoró cuando cambié a uno doble después de una mastitis que tuve al poco de llegar a casa y por la que volví a ponerme en contacto con la liga de la leche. La monitora se sorprendió mucho de que estuviera amamantando trillizos con un sacaleches individual y me explicó que con uno doble adelantaría mucho más. Y así fue, tardaba la mitad de tiempo y parecía incluso que me salía más leche.
A pesar de ello, hubo muchos momentos en los que parecía que no era suficiente. Los pediatras iban aumentando la cantidad de suplemento que tenía que darles, por lo que me parecía siempre estar al límite. Apenas conseguía reservas para tener algo de margen, lo que nos generaba dudas sobre ser capaces de lograr LME. Incluso una noche en la que el cansancio parecía ganar la batalla abrimos un bote de leche artificial al no ser capaz de sacarme suficiente leche. Al ver esos polvos artificiales que estaba a punto de preparar decidí volver a intentar extraerme leche y mi cuerpo reaccionó produciendo la necesaria.
Tengo claro que sin el apoyo incondicional de mi pareja, sin su ayuda, sus ánimos, su paciencia, sin el enorme trabajo que hacía ocupándose de todo mientras yo daba de mamar que, creedme, eran muchas horas al día, hubiera sido imposible. Los dos meses que estuvo conmigo día y noche hizo que este reto saliera adelante.
Cuando volvió a incorporarse al trabajo, la ayuda de las abuelas y de mis amigos fue indispensable para que yo pudiera seguir amamantándoles.
A las niñas en cuanto llegaron a los 2 kilos pude dejar de darles suplementos de mi leche, ya sólo mamaban. Con ellas la principal dificultad que tuvimos fue un frenillo que fue detectado a tiempo y del cual le operaron con rapidez por lo que no nos generó apenas problemas.
Con el niño la dificultad fue mayor ya que tenía que pasar por una operación, por lo que me aconsejaron que intentáramos que cogiera el mayor peso posible, así que hasta que cumplió 4 meses -que fue cuando le operamos- no retiramos los suplementos, momento en el que cesaron las regurgitaciones que venía experimentando.
La operación salió genial. Para el día de la cirugía, y ante la inexistencia de banco de leche en el hospital, tuve que recurrir a leche que me dio mi prima que amamantaba en ese momento a su bebé, para poder alimentar a las niñas que quedaron en casa con las abuelas. Me había sido imposible crear reserva los meses previos, por más que lo intenté. Sin embargo, durante toda esa mañana que estuvo mi hijo en el quirófano, aproveché para utilizar el sacaleches y conseguí extraerme tanta, que cuando se la llevé a las enfermeras de la UCI no acababan de entender que todas esas bolsas eran de leche mía recién extraída y no hacían más que decirme que qué pena porque tanta leche descongelada no se iba a utilizar en el día y habría que tirarla.
El resto de días iba y venía del hospital para poder darles de mamar a todos. Y en tres días volvíamos a estar todos en casa.
Según los niños crecían este reto se iba haciendo más fácil: mamaban más rápido, en cualquier postura, podía pasar más horas seguidas sin que lo hicieran….tanto que antes de cumplir el año ya podía ocuparme de ellos yo sola sin problema.
La evolución de mis hijos ha sido siempre buena, los pesos sobre todo del niño, a veces eran un poco justos, pero siempre se ha priorizado su estado general que ha sido magnífico ya que nunca habían enfermado hasta hace poco que con 20 meses cogieron un virus gripal. Y su estimulación ha sido siempre muy buena.
Estoy totalmente segura de que haber mantenido la lactancia exclusiva hasta que cumplieron 8 meses, ha sido la clave del éxito y seguir hoy en día la lactancia sigue proporcionándoles alimento, salud, apego y una enorme felicidad. Lo que siempre nos ha facilitado muchísimo su crianza.
La teta es el aliado perfecto para ayudarte a cuidarles, les alimenta, les calma, les consuela. Suelen decirme que no se imaginan cómo he podido hacerlo con 3 bebés, yo lo que no imagino es como podía haberlo hecho sin teta. Sin duda alguna es lo mejor que he hecho en mi vida y la mejor decisión que hemos tomado con respecto a nuestros hijos.
Por eso, y siendo consciente de todas las dificultades que hay hoy en día para conseguirlo, siento la obligación moral de intentar ayudar a otras madres. Hoy he querido relatar algunos de los obstáculos que hemos sufrido dentro del sistema sanitario, y al mismo tiempo felicitar y reconocer las buenas prácticas que también hemos encontrado en profesionales y voluntarios de enorme mérito. Y que con mi experiencia y entre todos logremos cambiar las cosas.
Porque los trillizos también quieren mamar.
15 comentarios en «Porque los trillizos también quieren mamar»
Me ha recordado mi experiencia. No tan extrema como amamantar a trillizos pero parecida en cuanto al nulo apoyo del entorno y de los consejos no pedidos respecto a la imposibilidad de conseguir amamantar a mis mellizas. Yo tuve la suerte de encontrar información en diferentes webs así como testimonios de trillizos también en la web de somos múltiples. Y desde el cuarto día de su vida seguimos con lactancia materna sin suplementos (tienen 17 meses). Testimonios así son edificantes. Enhorabuena por el tesón y el empeño que demostraste
Un ejemplo más del poder que tiene la determinación, gracias por compartirlo y felicidades a la pareja en informarse y decidir actuar.
Saludos
Muchas gracias por contar tu experiencia, todos los bebés nacen con la necesidad de tomar el pecho de su madre, pero enfrentarse a ese reto con múltiples no es tarea fácil y menos aún cuando el entorno no apoya. Es verdad q llega un punto en el q los comentarios negativos te dan tanta rabia q son un motor para continuar en tu empeño. ¡Felicidades por esos niños y esa lactancia satisfactoria!
Me ha encantado vuestra historia. Felicidades por esa lactancia, realmente habéis sido muy valientes y habéis tenido mucha fuerza en seguir lo k vuestra mente y vuestro corazón os dictaba. Enhorabuena!
Que testimonio tan bueno! Me alegro muchísimo por vuestra experiencia, sois un ejemplo de papis. A mi solo me viene uno y tengo muchísimas ganas de darle el pecho pero el entorno me da un poco de susto. Sin embargo, veo que con paciencia y constancia se termina consiguiendo.
Un abrazo 🙂
¡Que maravilla de relato!
Enhorabuena alba! Mil gracias por tu historia que seguramente ayudará A un montón de mamas Que estén a punto De tener a sus bebés.
Yo también tuve trillizos en el Hospital de Cruces un año antes q tu Y como dices Es una pena que no todo el personal sea pro lactancia. Hubo quien te hacía sentir La peor solo por intentar darles teta a tus niños aunqe otros te ayudaban. Yo desde el principio opté por una lactancia mixta Por miedo Acabar Agotada O desatendiendo a mí otra niña Que tenía 3 años Y aún así me resultó muy duro Por mí Y por los comentarios. Pero apre ndi a no escuchar y me fue bien. Admiro muchisimo vuestro trabajo y dedicación con los niños. Mucha suerte!
Leí completo el testimonio y la verdad es gratificante. Mis gemelas estuvieron 15 días hospitalizadas y desde el inicio luche por tener leche suficiente para darles. También todo el mundo me decía que no podría con las dos incluso en los servicios médicos me recetaban una y otra vez leche de relleno… Mis peques ya están por cumplir 4 meses y gracias a Dios están creciendo perfectamente, fueron operadas de hernia inguinales pero fue sólo un detalle.. Vamos que se puede ser mama múltiple!!
Me recuerda mucho a mi…aunque yo “solo” con mellizos. Me paso igual con el suplemento. El segundo día ya pedi q fuera de mi leche. Mi niño en neonatos al principio no comian, luego con sonda y luego mi leche en bibe y aprendido a mamar. Tardaran horas en cada toma y me destrozaron los pechos. Tuve q pasar a lactancia en diferido. Una asesora les diagnostico frenillo tipo 4. Pero no tire la toalla. …y a los tres meses por fin conseguí dar solo pecho.
Sin palabras…enhorabuena a los papis
Qué suerte han tenido vuestros peques!! Enhorabuena a los cinco! Nosotros tuvimos gemelas y hasta casi los dos meses no hubo manera d “quitarles” los suplementos d artificial… La colaboración del padre indispensable! Muchísimo sueño y no fui bien diagnosticada d Raynoud hasta los seis meses, cuando por fin, amamantar a las peques empezó a ser un placer! Teníamos clarísimo que todo era por su bienestar y salud. Y ahora, con casi cuatro años, dicen de su boca… Me encanta mi teta!
Siempre pensaba para animarme… ‘Ufff, por suerte, no son tres!’
Chapeau!
Hermoso testimonio! Me gustaría saber el nombre de la madre, para ubicarla en alguna red, casos como el de ella son de mucho apoyo.
Si accedes a la noticia publicada en nuestro fb puedes contactar con ella.
Enhorabuena y muchas gracias por contar tu .experiencia. Yo soy mama de mellizas de dos meses, y desde el primer momento en neonatologia me ayudaron con la lactancia, y ahi vamos con lactancia materna exclusiva y sorprendiendo a todo aquel que pregunta porque la gente aun sigue creyendo que los multiples no tienen derecho a teta.
Qué ejemplo tan bonito de tesón y constancia, qué suerte han tenido vuestros peques, enhorabuena a los dos y un enorme aplauso…… Y gracias por contarlo porque conociendo vuestra historia puede que más mamás y papás se animen y vean que querer es poder….. Yo los he tenido de uno en uno y tuve tantos problemas con la primera lactancia que siempre daba gracias por no haber tenido gemelos (no podía ni imaginar tres!) La segunda fue rodada y con 4 y 1 años aun les doy a los dos….. sigo sin entender como tantos profesionales sanitarios son tan ignorantes respecto al alimento que la naturaleza ha perfeccionado durante millones de años para nuestras crías. …. menos mal que hay otros muchos que, pese a tener al resto en contra, nos ayudan y salvan lactancias …….. gracias también a los ángeles que se cruzaron en mi camino
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