Los apéndices de los muñecos
Faltan dos días para recibir a los Reyes Magos y recuperamos una de las conversaciones anuales que seguramente han tenido muchas madres lactantes: es casi imposible encontrar muñecos que no tengan de accesorio un chupete y/o un biberón. Es la norma. ¿Qué va a llevar el muñeco si no? Porque… ¿eso es lo que llevan los bebés, verdad? E igual que a una madre que haya decidido no ofrecer chupete a su bebé, se le puede preguntar el por qué de su decisión por ser algo que sale de la norma, pues lo mismo sucede con los muñecos.
¿Es malo que los muñecos lleven chupetes y biberones? La pregunta que nos hacemos va más allá: ¿Por qué no sabemos imaginar muñecos sin biberones o chupetes? ¿Por qué es la norma? ¿Por qué no hay alternativas nuevas, compatibles con la lactancia, relacionadas con una crianza respetuosa?: un portabebés, por ejemplo. O incluso otros accesorios distintos como un vasito o cucharita, un peluche, un paraguas, crema solar, un pañal (de tela), etc, etc…
Y por ser un tema estrella, que vuelve y volverá, compartimos (y traducimos) aquí un artículo de Alba Padró en su blog Som La Llet de hace unos pocos años:
Los catálogos de Reyes inundan de manera peligrosa mi buzón y no puedo hacer nada, los catálogos me ponen de mala leche.
Miro las muñecas y tengo una sensación de angustia. El biberón y el chupete es un apéndice de todas las muñecas. Me hacen estremecer. Paso página, llego a los peluches. ¡Horror! Los chimpancés tienen biberón, los conejos y los caballos. Y lo que me resulta más chocante, animales que no son mamíferos también tienen un apéndice en forma de biberón.
Ninguna de mis hijas ha tomado un solo biberón, tampoco me han visto nunca hacer ninguno ni en casa hay ningún bibe, y ellas han dado el pecho a sus muñecas y a sus peluches, pero también les han dado bibes.
Y yo me pregunto. Si mis hijas que “lo han mamado” caen en la normalidad de dar un biberón. ¿Qué hacen los otros niños y niñas que no han visto nunca un pecho en acción?
La cultura del biberón nos rodea, nos contamina. En qué momento hemos desplazado la normalidad y la naturalidad de dar el pecho para instaurar el biberón como apéndice alimentarios.
Estoy segura de que de la misma manera que hay niños que creen que los pollos crecen en el súper y no han visto nunca uno vivo, debe haber niños que no saben que somos mamíferos y que el pecho de una madre puede fabricar leche y que la comida de los bebés no sale de la farmacia o del súper. Triste, muy triste.
(Por cierto, me niego a ilustrar esta entrada con imágenes de muñecas de corte tradicional, el “bebé glotón” es de catálogo y va con chupete pero es el primer muñeco que simula que lo amamantan).
Texto original: http://criatures.ara.cat/somlallet/2009/12/16/els-apendix-dels-ninots