Presencia de bultos en el pecho durante la lactancia
Durante la lactancia pueden sucederse bultos en el pecho, lo que acostumbra a poner en alerta a la mujer. Una anamnesis exhaustiva es indispensable para conocer la causa del hallazgo y su tratamiento. Las causas más habituales de aparición de bultos son la obstrucción ductal, el absceso mamario y el galactocele.
Las obstrucciones ductales son debidas a un estasis de leche debido a una dificultad en la salida de la leche secundario a una técnica de lactancia poco óptima, a una posible presión mantenida sobre el conducto (por ejemplo, la presión que ejercen las anillas de los sujetadores), a una posible situación de infección o a una succión subóptima. Las obstrucciones pueden complicarse con una mastitis aguda si no se trata de forma adecuada. Habitualmente aparece de forma unilateral, no produce fiebre y la usuaria expresa que siente la presencia de bultos con molestia. Puede ser habitual que refiera sensación de no vaciado del pecho.
Se considera absceso mamario una complicación derivada de una mastitis aguda. La usuaria refiere sentir un bulto duro y delimitado, fluctuante. En la exploración, se observa zona eritematosa y piel brillante y de aspecto débil.
En cuanto al galactocele, se trata de un proceso benigno y se debe a una acumulación de material lipídico de la leche fuera de los conductos. Se forma un quiste retenido dentro del estroma mamario, sin salida hacia el pezón y puede aparecer en cualquier zona del pecho.
Según su situación y tamaño, puede añadir una complicación en la eyección de la leche. No modifica su tamaño después de la toma y habitualmente no se acompaña de dolor o fiebre. Puede ser recidivante, tanto en la lactancia actual como en lactancias posteriores.
Ante el diagnostico de un bulto, se indican las siguientes recomendaciones:
En cuanto a las obstrucciones, se debe observar una toma y explorar la boca del lactante en busca de limitaciones para un agarre profundo y óptimo. Se recomienda el vaciado frecuente, facilitando la salida con un masaje circular suave encima de la zona endurecida, colocando al lactante de forma que su mentón se dirija hacia la zona indurada. Se puede aplicar frío local y, en caso necesario, pautar antiinflamatorio oral.
El absceso mamario es una situación que requiere de un diagnóstico y tratamiento rápido con drenaje de éste mediante punción ecodirigida o mediante incisión quirúrgica y posterior pauta de antibiótico según antibiograma. La opción escogida dependerá de la tabicación y tamaño del absceso y de la decisión de la madre. Es importante poder asegurar la extracción de leche como parte del tratamiento, ya sea con el recién nacido directamente colocado al pecho o con la ayuda de extracción manual o con sacaleches, por lo que si se realiza un abordaje quirúrgico conviene que la incisión esté lejos de la areola
En cuanto al galactocele, se puede mantener una conducta expectante, controlando que no interfiera en la producción o eyección de leche. En caso de proponer algún tratamiento, se recomendaría el drenaje a través de aspiración ecoguiada, aunque es fácil su recidiva, además de tener un riesgo de sobreinfección aumentado.
Los bultos que no desaparecen en las 72h tras su hallazgo deben ser valorados por el facultativo pertinente, habitualmente en el Servicio de Ginecología con apoyo de imagen ecográfica. La ecografía es compatible con la lactancia y facilita la exploración de la mama lactante. Para optimizar la exploración, es recomendable el vaciado del pecho previo a la exploración, ya sea mediante succión del bebé como con extracción con sacaleches o manualmente.
Cabe recordar que existen bultos que no están relacionados con la lactancia, sean benignos o malignos. En muchas ocasiones, se retrasan diagnósticos y tipificación de las tumoraciones que aparecen durante el periodo lactacional con el consecuente aumento de complejidad de la situación.