“Una lactancia fácil”, por Elisa CEO de Wallyboo
Como ya sabéis, con LactApp hemos participado en el 4YFN dentro del Mobile World Congress. Y, entre otras cosas, hemos tenido la oportunidad de conocer a muchas mujeres emprendedoras gracias a la iniciativa Womenup de Airbnb. Hoy os presentamos a una de estas emprendedoras: Elisa.
Elisa, además de madre, es la impulsora del proyecto Wallyboo. Para los que no lo conozcáis, Wallyboo es el lugar ideal para el intercambio de productos para bebés y niños entre familias. Nos ha parecido una muy buena manera de darle una segunda vida a los productos que no hemos usado tanto como esperábamos y que, por qué no, sí pueden ser útiles para otra familia. Además, están a puntito de terminar una campaña de crowdfunding para las que estén interesadas en participar 🙂
Tenemos una especial devoción por las madres emprendedoras. Quizá porque sabemos mejor que nadie lo que implica emprender con niños pequeños a nuestro cargo, quizá porque hemos experimentado las típicas reacciones de incredulidad cuando hemos hablado de “lactancia” y “emprendimiento”, quizá porque justamente es la maternidad nuestro foco y nuestra usuaria una madre que está en un momento vital tan importante… La cuestión es que las madres emprendedoras nos encantan y si, además, es una madre lactante, la ilusión es máxima! Por eso, no nos podemos resistir a compartir hoy esta experiencia.
Esperamos que la disfrutéis 😉
Mi nombre es Elisa, y soy mamá de dos niños de 2 y 4 años. Reconozco que cuando estaba embarazada de mi primera hija todo eran miedos: el embarazo, el parto… Pero también sentía terror por la lactancia. Entre las experiencias de amigas y lo que leía, ¡parecía taaaan complicado! Un sinfín de dudas me invadían, ¿Sería capaz? ¿Sería tan doloroso como había visto en algunas mamis? Oh, ¡Dios mío! ¡La subida de la leche! ¿Cómo sería?
Y la realidad es que la experiencia fue buena, MUY buena, desde el principio. Por eso, cuando conocí a María, y su fantástico proyecto de LactApp, y estuvimos charlando sobre mi experiencia con la lactancia, me pidió que la contara, que la compartiera a través de su blog. Porque es cierto que la mayoría de las experiencias que se leen y se conocen son de lactancias complicadas, de inicios dolorosos o complejos, que hacen a una mami sufrir o bien renunciar a esa experiencia, así que está bien dar visibilidad también a los casos en los que el inicio de la lactancia resulta algo sencillo y los factores que han influido en ello.
Cuando tuve a mi primera hija, el parto fue un poco traumático y tuvieron que reanimarla, por lo que no me fue posible realizar el piel con piel, ¡con las ganas que tenía de abrazar a mi pequeña! Pero es así, pocas veces las cosas pasan como una tiene pensado. Así que, a las dos horas aproximadamente, trajeron a mi peque porque no paraba de llorar desconsolada y querían que la tranquilizara. ¡Mano de santo! Piel con piel, primer contacto con la mamá, mi voz y el contacto con mi pecho y calmadita. Estaba sola en la habitación, con mi madre, y recuerdo que se enganchó perfectamente al pecho y fue mágico cuando empezó a succionar.
Yo pensaba, ¡genial! Primer paso conseguido. ¡Se ha enganchado genial y succiona! Y todo ello, ¡SIN DOLOR! Primer objetivo cumplido. Ahora faltaba el momento de subida de la leche. De verdad, ¡había leído tanto y había escuchado tanto! Que si los pechos enormes, que si mastitis, que si fiebres, dolor… ¡en fin! Y recuerdo que cuando ya estábamos en casa, la noche que se suponía que debería ser la famosa subida de la leche, recuerdo decirle a mi marido: “Yo creo que esta noche va a ser la subida de la leche, ¡hay que estar preparados!” y él claro, me decía “¿y qué hacemos?”. Total, que ahí estaba yo con mi sacaleches preparado… ¿Y qué pasó? Nada, no pasó nada. Mi niña mamó normalmente por la noche las veces que se despertó, por la mañana igual, y yo no noté nada diferente. Veía que la leche tenía otro color diferente, ¡pero ya está! Y yo me preguntaba: “¿A ver si no me ha subido?”. Tanto es así que le dije a una amiga mía, que sabía mucho del tema, que por favor viniera a mi casa y me dijera si me había subido o no la leche (lo que es el desconocimiento…). Y por supuesto, la respuesta fue que sí. ¡No había notado esa subida de la leche! Y ese fue el comienzo de una experiencia de lactancia maravillosa que se repitió con mi segundo hijo.
Ahora, con más información y con más experiencia pienso que las claves del éxito de ese comienzo de lactancia, fueron varios:
1-INFORMACIÓN: cuando me voy a enfrentar a algo que desconozco, leo, y mucho, al menos para que las cosas no me pillen de sorpresa y además tenía amigas que habían pasado por situaciones desagradables. Así que, sí, estaba preparada para las cosas que podían venir. Por lo que os recomiendo, leer, informaros, preguntar y estar preparadas.
2- LA INTIMIDAD: siempre se lo digo a las madres primerizas. Si hay algo que puede influir a tener una lactancia satisfactoria es la postura y la tranquilidad con la que afrontes esas primeras horas, esas primeras tomas. Yo limité MUCHO las visitas al hospital, tan sólo gente de confianza, y cuando alguien venía y tenía que dar el pecho, le pedía que saliera de la habitación. Pienso que es fundamental tener la postura correcta con tu bebé los primeros días. Así que tenerlo claro, ¡las mamás mandan! Pedir intimidad en esos momentos! Lo agradeceréis, para todo: para descansar, para conectar con esa nueva personita (tú y tu pareja), para que la lactancia vaya como la seda…
3- Madurez del bebé. Es algo en lo que no podemos influir, los bebés nacen cuando nacen, eso está claro. Pero, mis dos hijos nacieron con 41 semanas +2, y yo creo que esa mayor madurez provocó que nacieran con un reflejo de succión increíble y fuerza para la succión, cosa que yo creo que influyó mucho en que no notara esa subida de la leche y evitó problemas en esos primeros momentos .
Así que, como veis, no siempre esos primeros días con nuestros pequeños, están llenos de experiencias traumáticas y difíciles.