"Mi sueño es que todas las mamás puedan disfrutar de su maternidad sin sentirse solas" María Sancha
El puerperio puede ser uno de los momentos más duros de la maternidad. Nada es como te esperabas, tu cuerpo no está en su momento más radiante y estás totalmente perdida en relación a lo que es normal y a lo que no lo es. En un momento así, tener a una enfermera pediátrica que viene a tu casa a ayudarte y asesorarte puede ser un apoyo fantástico e inolvidable. Y si, además, esta persona es cercana, empática y eficiente, ¿qué más se puede pedir? Hoy entrevistamos a María Sancha, una profesional sanitaria que vale la pena tener cerca.
Cuéntanos un poco sobre ti… ¿Cómo has llegado hasta aquí?
Soy María Sancha y tengo 26 años. Nací en Aranda de Duero (Burgos) y en 2008 me fui de mi ciudad para venir a vivir a Madrid y comenzar la carrera de enfermería. Tras 4 años en Madrid, en 2012 me gradué como enfermera y comencé a prepararme el examen de acceso a la especialidad (EIR). En Febrero de 2013 me presenté al examen del EIR y en marzo me comunicaron que tenía plaza, con lo cual podía cumplir mi sueño de hacer la especialidad de pediatría e incluso elegir en qué Hospital. La decisión fue difícil y tras muchas visitas e informaciones, en mayo de 2013 comencé como Enfermera Interna Residente de Pediatría en el Hospital Universitario La Paz.
Después de 2 años de aprendizaje y experiencias en todas las unidades de neonatología y pediatría del Hospital La Paz, en mayo de 2015 finalicé y conseguí mi título de Enfermera Especialista en Pediatría.
Mientras realizaba la residencia, siempre me apasionó el mundo de los bebés y me fui formando complementariamente como Educadora Certificada de Masaje Infantil, Asesora Básica de Porteo y Asesora de Lactancia Materna.
Actualmente acabo de finalizar una formación en Atención Enfermera al Recién Nacido Sano, me encuentro trabajando en la Unidad de Neonatología del Hospital La Paz y he creado Cuidados y Caricias.
¿Cómo es el día a día en la unidad de neonatología en un Hospital como La Paz?
Sencillamente maravilloso. Puede sonar a utopía, pero es que realmente me encanta trabajar allí. A diario nos encargamos del cuidado de los bebés que permanecen ingresados por distintas causas. Desde el aseo y la alimentación hasta el acompañamiento, la formación y el asesoramiento de sus familias. Algunos bebés han nacido prematuros, otros han sufrido alguna patología y otros permanecen en observación o para realizar pruebas o tratamientos, pero a todos les acompañamos en su camino, las 24 horas del día. Prácticamente hay bebés que crecen los primeros meses con nosotras y eso es una responsabilidad muy grande, pero es un trabajo precioso.
¿Queda tiempo para la lactancia entre tanto trabajo?
En mi trabajo en neonatología la lactancia materna es esencial. Hay un comité de lactancia en el que nos encargamos de que todas las mamás cuenten con suficiente información y ayuda y puedan resolver todas las dudas que les vayan surgiendo, y en mi día a día con Cuidados y Caricias la lactancia es una de las partes más importantes de mi trabajo en la que más apoyo y ayuda necesitan las mamás.
¿Cuál ha sido tu motivación? ¿Qué te ha hecho dedicarte a ayudar a los bebés a tirar para adelante?
Mis dos pasiones desde pequeña eran: cuidar de los demás y los bebés. El día que conseguí unir las dos cosas supe que era esto a lo que quería dedicarme el resto de mis días.
Me motiva mucho a nivel personal, saber que estás pudiendo ayudar a alguien en un momento de su vida tan importante y a la vez tan vulnerable y, por otro lado, no me canso de observar a los bebés y aprender de ellos.
Ellos se entregan completamente a las personas que les cuidamos y viven siempre en el presente, sólo sienten, siguen su instinto y reclaman protección. Es algo tan básico y sencillo que me encanta poder vivirlo. Además, los bebés tienen una fuerza sobrenatural y son muy luchadores. Te das cuenta de las ganas de vivir que tienen a pesar de lo vulnerables que son y eso es lo que me ha hecho dedicarme a ayudarles a tirar para adelante.
¿Ha habido algún paciente que te haya marcado para bien o para mal?
Muchos pacientes y sus mamás han sido los que me han ido llevando poco a poco a tomar este camino. Cada uno me ha ido enseñando cosas distintas que han ido modulando mi forma de ver la maternidad y mi trabajo. Pero sin duda, hubo un paciente que marcó un antes y un después para mí. Fue un caso bastante complicado y cercano, en el que fui consciente de que mi trabajo era mucho más que la teoría y el aconsejar. Aprendí que cada bebé y cada mamá es un mundo, que todos necesitamos ser respetados, escuchados y queridos y que lo mejor para cada bebé y cada mamá es lo que a ellos les hace sentir mejor.
Cuéntanos qué es “Cuidados y caricias”
Cuidados y Caricias se dirige principalmente a las futuras mamás en las últimas semanas del embarazo y a las recientes mamás durante el primer año del bebé con el fin de ofrecer acompañamiento, apoyo y asesoría maternal en la llegada a casa con el bebé recién nacido, tanto a término como prematuro, y en todas las dudas que puedan surgir durante su primer año.
Es un seguimiento del crecimiento y desarrollo del bebé y una ayuda para la mamá en las distintas etapas.
Yo siempre les digo que soy su enfermera de confianza, su asesora, su apoyo. Les ofrezco una información actualizada, verídica y respetuosa y la mamá me tiene disponible dónde y cuándo me necesite, para resolver dudas en persona o incluso a distancia.
¿Cómo surgió la idea y cuál es tu sueño?
Cuidados y Caricias nace de la idea de trasladar la figura de la enfermera pediátrica a la calle, al hogar, al día a día, a la realidad de la mamá y del bebé en un momento de gran vulnerabilidad y de continuos cambios, ese primer año y sobre todo esos primeros meses en los que surgen tantos miedos y tantas dudas.
Mi sueño es que todas las mamás puedan disfrutar de su maternidad sin sentirse solas, pérdidas, confundidas o presionadas. Mi sueño es que vivamos más en el presente, en el sentir y dejemos de juzgar y aconsejar. Que la maternidad sea respetada y que todas las madres cuenten con una información verídica y de calidad. Que al ser mamá tu única preocupación sea seguir tu instinto, disfrutar de tu bebé y darle todo el cariño.
Y, sobre todo, mi sueño es que todos los profesionales sanitarios que nos dedicamos a esto trabajemos unidos. Unidos en un consenso, dando la misma información y con el único objetivo de ayudar a esas mamás y sus bebés.
¿Cómo puede favorecer la lactancia contar con una enfermera pediátrica a domicilio?
La enfermera pediátrica te puede acompañar desde el primer día en ese proceso. Ayudándote a entender la lactancia y a solucionar todas las dudas que puedan surgir. Es importante que un profesional sanitario especializado te pueda acompañar, apoyar y asesorar cuando lo necesites.
Además puede valorar al bebé y llevar su seguimiento durante los primeros meses derivando a otros profesionales si es necesario, detectando complicaciones o simplemente reforzando. Las ventajas de una enfermera pediátrica es que puede crear un soporte que incluye la lactancia y todo lo que fluye alrededor de está como es la alimentación complementaria, el sueño, el llanto o los cólicos.
En palabras de Ana Isabel, una madre que atendió María…
María fue un auténtico regalo para mí. Llego a casa nada más llamarla, un domingo a las 15:00, incluso antes de que me hubiese dado tiempo a pensármelo. Le llame por recomendación de una amiga, desesperada y pensando que nadie me iba a poder ayudar ni con la lactancia ni con nada de lo que me estaba pasando. Yo no entendía nada de nada, sólo sabía que algo iba bastante mal. Hacía 6 días que Marcos había nacido y sin saber muy bien cómo me encontraba ese domingo sin querer salir de la cama y sin parar de llorar. Marcos nació pequeño y pesaba más bien poquito, pero en el hospital parece que la lactancia iba más o menos bien o eso creía yo. Al llegar a casa, de repente, Marcos casi no demandaba y cuando le despertábamos para mamar apenas duraba unos minutos y volvía a dormirse. Fuimos a urgencias muy preocupados y me dijeron que le diese suplementos de leche artificial o si no se iba a deshidratar. Yo comencé con los suplementos y a la vez me busqué un sacaleches y comencé a sacarme leche para no perder la producción. Fueron días muy confusos y cansados. Yo me pasaba el día sacándome leche e intentando que Marcos tomase algo de pecho, pero nada. De repente, el sábado me levanté con muchísimo dolor en ambos pechos, estaban muy rojos y duros y Marcos no conseguía ni comenzar a succionar. Me pasé ese día entre sacaleches e intentar poner a Marcos y el dolor cada vez era mayor, hasta que mi amiga al hablar conmigo me recomendó llamar a María. Desde el primer momento en que la vi me sentí tranquila y me trasmitió algo especial. Por primera vez alguien me pregunto cómo me sentía yo. En todo momento fue muy amable y con mucha paciencia me explicó lo que me estaba pasando y me fue enseñando técnicas para ir resolviéndolo. Antes de que se fuese ese día, mis pechos ya estaban un poco mejor y Marcos estaba succionando y enganchado. Después de una noche difícil pero al menos más tranquila que las anteriores yo por la mañana ya estaba mucho mejor. Cuando María volvió por la tarde, la situación ya no tenía nada que ver y pudimos ir trabajando cosas como el agarre, la succión y las posturas. Ahora Marcos es un niño que está precioso, la lactancia se mantiene sin problemas y, sobre todo, he conseguido disfrutar. Me trasmitió que yo lo estaba haciendo todo bien y eso, en una sociedad que te presiona tanto, se agradece enormemente. María ya sabe todo lo que sentimos en casa hacía ella, ojalá más madres tengan esta suerte. Gracias María.
Ana Isabel (Madrid)
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