Muchísimos problemas de lactancia pueden solucionarse mejorando el agarre del bebé al pecho y la posición en la que amamantamos. En este artículo vamos a hablar de cómo conseguir un buen agarre y favorecer así que los bebés tomen toda la leche que necesitan a la vez que nos evitamos que puedan surgir complicaciones. 

Muchas de vosotras estáis empezando la lactancia y, como no, le dais el pecho a vuestros bebés en la posición más típica, la de cuna. 

En la posición de cuna, tú estás sentada y el bebé encima tuyo, cruzando tu cuerpo. Aunque sea la postura más conocida porque la hemos visto mil veces, eso no significa que sea la mejor manera de colocar al bebé al pecho. De hecho, si revisamos la mayoría de imágenes que hay en Internet de bebés mamando, podemos encontrar muchos errores que al reproducirlos, pueden daros más problemas que alegrías. Esto no quiere decir que sea una postura “mala”, simplemente hay que tener en cuenta que no tiene porqué ser válida para todo el mundo.

Así que al ser una de los posiciones más habituales os la exponemos paso a paso y con imágenes para que no queden dudas. Si os duele cuando bebé está mamando en posición de cuna, revisad esta entrada punto por punto.

Posición de cuna paso a paso:

1. Siéntate cómoda, solo hace falta que te sientas a gusto en la silla, sofá o la cama que hayas elegido… ten a mano almohadas (no hace falta que sean de lactancia, las que tengas de la misma cama o del sofá te sirven).  
2. Cuando tu bebé muestre las primeras señales de hambre, es decir, cuando comience a despertarse, gire la cabecita, se chupe los puñitos, etc., no dudes en empezar la toma. Si se enfada demasiado, está demasiado despierto o enfadado te va a ser más complicado acercarlo al pecho y conseguir un agarre adecuado. 
3. Coloca la cabeza de tu bebé en tu antebrazo en la zona de la muñeca, de manera que la mano del pecho que le das te quede en su espalda y no en su culete. Este es un detalle importante, ya que cuando le pones la mano en el culete, el bebé queda demasiado arriba. 
4. Cuando le acerques al pecho no se lo pongas a la altura de su boca. Es mejor colocar el pezón a la altura de su nariz, para que extienda la cabeza atrás y abra mucho la boca, es el mismo gesto que hacemos al beber de una botella de agua.
5. Su cuerpo tiene que quedar alineado: de manera que puedas dibujar una línea recta imaginaria que vaya de su oreja, pasando por su hombro y llegando a su cadera. Si nos volvemos a imaginar bebiendo de una botella de agua, pensad que puede resultar muy incómodo tomar el líquido y tragarlo con la cabeza sobre el hombro.
6. Cuando el bebé abre la boca, hará varios movimientos de apertura, no todos van a ser los ideales, así que hay que esperar y observar en qué segundo abre más la boca. 
7. Intenta que el pezón siga a la altura de su nariz, dirigido a su paladar. Si trazas una línea recta imaginaria le debería “salir” el pezón por la coronilla. 
8. En ese momento hay que ser muy rápida, la mano que tienes en la espalda, debe hacer presión sobre la espada de tu bebé para acercarlo a tu pecho. Recuerda que él va hacia ti, no tú hacia él. 
9. Los labios del bebé tienen que quedar ambos evertidos (hacia afuera) en un ángulo superior a 90 grados, de esta manera podrán agarrarse con más efectividad y haciendo el vacío.
10. La nariz y el mentón deben tocar al pecho mientras están mamando, y no, no se ahogan, porque los bebés prefieren respirar a comer, y mientras tengan la parte posterior de la cabeza libre, si necesitan respirar, van a desplazar la cabeza hacia atrás, por eso es importante que no tengan nada a la altura de la cabeza que les impida este movimiento.

Y recuerda, estáis practicando. Esto quiere decir que si te duele o te molesta, no dudes en sacar el pezón y areola de la boquita del bebé, usando tu dedo meñique para romper el vacío con tu dedo, y volver a empezar. Amamantar no te debe doler. 

¡Ánimos a todas! 

**Fotografías de Frank Díaz extraídas del libro Somos la leche de Alba Padró.