≪¿Por qué nadie me había avisado antes de lo que iba a vivir?≫

≪Yo pensaba que la lactancia debía doler≫

≪Pensaba que los bebés comían cada 3 horas≫

≪No me imaginaba que me sentiría así≫

Muchas veces, el primer bebé que tenemos en brazos es el nuestro. No tenemos experiencia previa con bebés o los hemos visto de lejos. Antes vivíamos rodeados de bebés, sabíamos lo que la maternidad significaba, conocíamos mucho más la normalidad de su comportamiento y vivíamos con una tribu que nos sostenía: hermanas, primas, madres tías, etc.

Ahora, cuando llegamos a la maternidad, desconocemos esta normalidad que nos ayuda a saber si todo va bien o hay algún problema. Y aunque nos hayan contado muchas cosas, la verdad es que partimos de vivencias contadas, de mitos y leyendas sobre los bebés y la maternidad, y nos rodea una sociedad poco preparada para ello.

Los mitos han existido siempre, y a más desconocimiento hay de un tema, más grandes son estas creencias. Por eso, la información es un pilar básico de la lactancia, que nos permite derribar las mentiras que llegan a la madre, nos permite tomar decisiones más acertadas y avanzar lo que va a ir pasando en este proceso.

Para que llegue al máximo de madres que puedan decidir sobre su lactancia, la información debe ser clara, accesible, actualizada y respetuosa, que sea inclusiva y tenga en cuenta diferentes culturas. Porque todas tenemos el derecho a aspirar a la lactancia que deseamos vivir.