Es su primera vez en una de las reuniones del grupo de apoyo a la lactancia.

Me presento, le doy la bienvenida y le ofrezco asiento, colchoneta o butaca, lo que ella prefiera. Se decanta por la butaca, porque como todavía le molestan los puntos…

El resto de asistentes se presenta y explicamos que no es una charla, sino que es más bien una reunión donde podemos compartir vivencias, desahogos, consultar dudas… Especificamos que algo muy importante es mantener el secreto grupal, para que cada una se sienta libre de hablar de lo que quiera sabiendo que fuera podremos contar la experiencia, pero sin poner nombre ni apellidos para preservar la intimidad de quien lo ha compartido.

Una de las asistentes cuenta emocionada que esta semana su bebé ha dormido un par de noches más de 5 horas seguidas. El resto de asistentes le damos la enhorabuena y alguna que otra, entre risas, comenta que comparta el truco.

La chica nueva se lanza a participar y dice que su bebé, de apenas semana y media, también se despierta mucho, siempre quiere estar en brazos, llora al dejarlo en el moisés, se duerme al pecho, engancha una toma con otra… Nos explica que está muy preocupada por si su leche no alimenta, le dicen que no es normal, que el bebé debería mamar cada 3 horas y 10 minutos de cada pecho, debería dormir en su cunita sin despertarse… Tiene su tiempo y su espacio para que cuente cómo se siente con su recién estrenada maternidad sin que nadie la cuestione.

Esta es una escena común en nuestro grupo de lactancia. Mamás más o menos recientes acuden a nosotras para saber si el comportamiento de su bebé entra dentro de la normalidad y, si lo que ellas sienten, también es normal o se están volviendo locas. Una de las frases que más se repite es “esto no te lo cuenta nadie” porque la realidad es que la maternidad está idealizada aunque sigue siendo una gran desconocida. Se habla mucho del hecho de ser madre pero pocas veces se profundiza en lo que significa de verdad para una mujer y su entorno, convertirse en madre.

Aprendemos lo que es la maternidad a través de los modelos vistos y vividos, por la educación formal e informal, por las representaciones culturales, por lo que transmiten los medios de comunicación.

En el currículum escolar se estudian las funciones del cuerpo humano, el sistema circulatorio, el sistema excretor… pero al hablar de reproducción, no se trata con detalle el parto fisiológico, ni la lactancia y, mucho menos, del comportamiento de la cría humana.

Leemos revistas donde la publicidad tiene un gran peso. Publicidad que falsea la información y continúa dando crédito a mitos para favorecer el consumo de sus productos: pañales para evitar despertares, cremas y jabones que favorecen el descanso del bebé y por ende, el nuestro…

Los medios de comunicación masivos solo muestran estereotipos: la madre sublimada, la madre caricatura, la madre sufriente, la culpable…

Se mantiene así la falta de información, las falsas creencias que solo crean confusión, angustia, sensación de soledad…

Ante este panorama, se hace evidente la importancia de estar bien informada, de saber y conocer.

La información proporciona seguridad, poder para decidir conscientemente, para poder lidiar con las críticas y los enjuiciamientos y para hacer más llevadera la presión de entorno que siempre dice cómo debe actuar una madre.

Rosana Gadea

Soy madre de dos niñas de 13 y 11 años. Las dudas y las vivencias durante los primeros años de maternidad despertaron mi interés por profundizar en la lactancia y crianza. Me formé en ambas y actualmente soy asesora de lactancia y orientadora en crianza en la asociación De mare a mare.

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