Aversión oral posterior a la frenectomía
La aversión oral posterior a la frenectomía es una de las complicaciones más habituales en la atención a la anquiloglosia. En este post vamos a hablar de esta situación, dando herramientas para atenderla.
Incidencia de la aversión oral
La boca del bebé no solo está destinada a recibir alimentos, es una parte fundamental en su aprendizaje, que le permitirá conocer su cuerpo, y ponerle límites, y también a medida que se acerque a los 3-4 meses el mundo que le rodea. Esta etapa es la llamada “fase oral” que le proporcionará experiencias sensoriales únicas y, les permite conocer el mundo que les rodea mediante su boca.
Teniendo en cuenta lo anterior, ¿qué puede pasar cuando bebé es sometido a una frenectomía en los primeros meses de vida? Pues habitualmente no suele haber complicaciones, pero sí debemos tener en cuenta que una potencialmente posible es la aversión oral (O’Connor 2022). La aversión oral se puede iniciar cuando el lactante asocia una experiencia oral con una situación negativa, como el dolor, la incomodidad, o el miedo, etc, y estas situaciones pueden producirse durante la frenectomía
Posterior a la intervención o en las horas siguientes el lactante puede empezar a rechazar el pecho o la alimentación con biberón. Pueden llorar, apartarse, o tensarse cuando se le intenta alimentar. En el estudio de O’Connor (2022), sobre una muestra de 211 lactantes, se señala que esta experiencia ocurre en un 28%. Por nuestra experiencia clínica, sabemos que la aversión oral es una complicación conocida que en la mayoría de casos se puede revertir, pero que necesita de la atención cercana de una experta en lactancia.
Información de la aversión oral antes de realizar una frenectomía
La mayoría de familias que realizan una frenectomía a su bebé, lo suelen hacer para poder seguir con la lactancia materna de manera más efectiva, sea para la madre o para el lactante. Y, ¿qué pasa cuando posterior a la intervención el bebé rechaza el pecho? Pues que las emociones de la madre se desbordan; aparece la culpa, la frustración, el miedo, la indefensión, etc.
Es por ello, que dentro de los consentimientos informados que se entregan a las familias deben está expuesto el riesgo de aversión oral, de la misma manera que lo está el riesgo de hemorragia posterior a la misma. Y, por otro lado, es necesario que las familias sepan que si la temida aversión aparece podrán contar con ayuda para intentar revertir la situación lo antes posible. Los profesionales que realizan las frenectomías no siempre cuentan con todos los recursos e información para poder encaminar esta circunstancias, y es por ello, que si no cuentan con ellos es clave que sí cuenten con un equipo especializado o que puedan derivar a las familias a una persona que les pueda acompañar y ofrecer recursos para atajar lo antes posible esa situación.
Herramientas para atender a la aversión oral tras una frenectomía
Habitualmente conseguiremos que el lactante siga con la lactancia pero también encontramos casos de rechazo en los dicha meta no se consigue. Cuando un lactante y su familia llegan con esta situación debemos tener en cuenta lo siguiente:
- Vamos a aportar un entorno agradable y relajado a la familia, esto lo podemos conseguir atendiéndolos en un espacio acogedor, si se puede contar con un sillón o un sofá cómodo, disminuir la luz, y evitar ruidos o interferencias de otras personas o profesionales.
- Permitir que la familia exponga la situación y todas las emociones que se habrán experimentado y generado, por ello, evitaremos cortar el relato, en caso de la madre llore no se le dará prisa o no se le dirá “que no pasa nada”, se escuchará de manera asertiva y validando todos los sentimientos antes de realizar cualquier intervención.
- Si el bebé llora, de manera intensa, se valorará cuánto tiempo hace que llora y cuántas horas hace que no se ha alimentado. Si fueran muchas horas, se sugerirá a las familias si quieren intentar ofrecer al bebé un poco de leche. En la mayoría de ocasiones, hemos podido observar que el rechazo es directo al pecho o al biberón, pero no tanto a la succión digital, y por tanto se ofrecerá leche con el método jeringa-dedo.
Una vez la situación esté más contenida, se empezará a explorar posibles acciones para recuperar la lactancia:
- Esperamos a que el bebé esté adormilado o en alerta tranquila antes de intentar que mame
- Se empezará la toma de pie y mientras la madre realiza movimientos laterales o flexiones de las rodillas
- Si la madre está muy alterada se le sugerirá que respire más lentamente y vaya disminuyendo las tensiones que pueda estar experimentando.
- Se explorará el uso de una pezonera de talla adecuada
Tanto si se consigue un primer agarre, como si no se consigue, la familia debe llevarse recursos a casa que puede ir intentando, – colechar desnudos, bañarse juntos, hacer reír al bebé- junto los que habrá intentado en la sesión. De la misma manera es clave que tenga información sobre qué esperar y en qué momento debería volver a contactar con nosotras.