TRATAMIENTO DE LA CICATRIZ OBSTÉTRICA
El tejido cicatrizal suele ser menos elástico que el tejido que no se ha lesionado. Además, puede crear adherencias en diferentes planos y afectar a órganos limítrofes y también distantes. En este post veremos cómo pueden afectar las cicatrices en zonas tan complejas como en la vulva o cuando afecta tantos planos como es el caso de una cicatriz de cesárea.
La episiotomía
La episiotomía es un procedimiento quirúrgico en el que se realiza una incisión en diferentes capas (piel, mucosa vaginal, tejido celular subcutáneo y los músculos bulbocavernoso y transverso superficial del periné) para agrandar la abertura de la vagina y facilitar la salida del bebé en la fase de expulsivo en caso de emergencia.
En ningún caso, la episiotomía es adecuada para la prevención de desgarros, ya que se relaciona con desgarros más profundos, con afectación del esfinter anal. Actualmente aún se indica de forma inadecuada en muchos partos vaginales. Cuando la indicación no es por necesidad urgente de la salida del bebé, puede ser calificada como violencia hacia el cuerpo de la mujer y por lo tanto violencia obstétrica.
De ser necesaria, en la actualidad, la técnica más utilizada es la incisión mediolateral, que se realiza en una dirección de 45º aproximadamente hacia lateral desde la vagina en dirección al ano. Aunque su cicatrización es más larga, suele generar menos complicaciones a nivel anal que la episiotomía medial.
El desgarro
El desgarro se produce cuando el introito vaginal debe aumentar su diámetro por encima de lo que este pueda soportar, generando de esta manera, un traumatismo perineal.
Existen diferentes grados en función de la afectación de las estructuras, a mayor grado, mayor gravedad. La clasificación es la siguiente:
- Grado I: afectación de la piel del periné y mucosa vaginal (laceración del epitelio vaginal)
- Grado II: lesión de musculatura superficial del periné y epitelio vaginal, sin afectación del estínter anal
- Grado III: afectación del esfínter anal, puede ser a tanto a nivel de esfínter anal externo, cómo en casos más graves, afectación a nviel de esfínter anal interno.
- Grado IV: afectación de los músculos del esfínter anal externo e interno y de la mucosa anal.
Los grados I y II de desgarro perineal son los más frecuentes. Este tipo de desgarro no suele requerir una curación más allá del reposo relativo, la higiene y algunos ejercicios de suelo pélvico. En cambio, otros desgarros perineales de mayor grado (III o IV), si requieren un cuidado exhaustivo para no acabar generando alteraciones de suelo pélvico a largo plazo. Estos desgarros perineales pueden producir prolapsos genital, incontinencia urinaria o anal y fístulas si no se tratan correctamente.
La diferencia entre los desgarros y la episiotomía es que, aunque estos suelen requerir de un proceso de curación largo, debido a que el tejido se rompe de forma desorganizada por las partes más débiles, la afectación de la funcionalidad, en muchos casos, es menor que en la episiotomía.
La cesárea
La cesárea es un procedimiento quirúrgico, cuya incisión afecta a 7 capas (piel, grasa, fascia, músculo, peritoneo, útero, saco amniótico).
Tras una cesárea existe una cicatriz en el transverso del abdomen. Es importante porque este es uno de los principales encargados de proteger y gestionar las presiones abdominales, junto al diafragma y el suelo pélvico. Por lo que una cicatriz de cesárea sin tratar o mal tratada, puede acabar generando alteraciones en el suelo pélvico por falta de activación del músculo transverso ante un aumento de presión abdominal.
El tratamiento de las cicatrices
El tratamiento de la cicatriz es imprescindible para que los tejidos vuelvan a moverse y funcionar de forma adecuada. Además de evitar la presencia de adherencias y molestias a largo plazo.
Además, las cicatrices no sólo influyen a nivel muscular, sino a nivel fascial. Por lo que si se quiere conseguir una correcta activación del suelo pélvico y la región abdominal, es imprescindible un correcto desplazamiento de los tejidos y las fascias.
El trabajo de cicatriz engloba la observación y familiarización de la mujer con la cicatriz, llevar a cabo ejercicios de respiración, la aplicación de aceite o hidratante sobre la zona y la ejecución de presiones sobre y alrededor de la herida.
Es importante tener en cuenta que el trabajo de cicatrices puede generar sensación de tirantez, pero no debería generar dolor.
Los principales beneficios que se obtienen del trabajo de cicatrices son:
- La mejora de la sensación de inflamación.
- La disminución o alivio del dolor en la zona.
- La normalización de la sensibilidad en la cicatriz y alrededores.
- La mejora del movimiento de los tejidos debido a una disminución de las adherencias
Se recomienda esperar un tiempo prudencial de 6 semanas en caso de episiotomías o desgarros y unas 8 semanas en caso de cesárea para poder valorar y derivar a un fisioterapeuta de suelo pélvico si es oportuno.
Aunque debe tenerse en cuenta que cada cuerpo es distinto y en función del grado de desgarro, la calidad del tejido de la mujer…estos tiempos pueden verse alterados, por lo que siempre es recomendable individualizar y personalizar cada caso según la situación de la mujer, respetando los tiempos que requiera cada cuerpo.