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Cómo proteger el suelo pélvico frente a la incontinencia urinaria

Cómo proteger el suelo pélvico frente a la incontinencia urinaria

La incontinencia urinaria es uno de los problemas más frecuentes entre las mujeres en posparto. Existen diferentes tipos y se clasifican en:

  • De esfuerzo: esta pérdida de orina (sea una gotita o chorro) suele asociarse a estornudos, tos, al coger peso, al agacharse o levantarse del sofá o de la taza del váter, al correr, al bailar, al reír… 
  • De urgencia: aparece un deseo muy fuerte y sin previo aviso de ganas de orinar, con o sin pérdida de orina. Éste suele asociarse a situaciones como subir en el ascensor o al introducir la llave de casa, el frío, el sonido del agua… 
  • De rebosamiento: pérdida sin ser consciente, es decir, no se da cuenta de cuándo la ha tenido. Ésta suele estar asociada con personas que se aguantan muchas horas las ganas de ir al baño o personas que tienen sensación de que se han quedado con ganas después de hacer pis…

Para mejorar estos problemas, existen diferentes soluciones según el tipo de incontinencia, pero todas tienen como objetivo mejorar el control y la conciencia del propio cuerpo. Esto se consigue mediante:

  • La mejora de la postura: evitando encogerse de espaldas, para no causar demasiada presión sobre el abdomen, manteniendo una posición recta pero no tensa al estar sentadas, intentando apoyar los huesos de debajo del glúteo y no el glúteo como tal.
  • La mejora de la respiración: evitando hacer respiraciones cortas y superficiales o respirar exclusivamente por la boca, sino que hacer al menos alguna vez al día respiraciones profundas y conscientes e intentando coger aire por la nariz y sacarlo por la boca.
  • La mejora del movimiento de la cadera: haciendo ejercicios de movilidad para ayudar a que toda la pelvis se mueva y evitar la sensación de rigidez o falta de movimiento.
  • La mejora de la contracción y relajación de la musculatura de suelo pélvico: haciendo ejercicios en los que se centre la atención en mover exclusivamente esa musculatura o bien teniendo en cuenta la contracción de esta durante la práctica de ejercicio, deporte o entrenamiento.
  • El cambio de los hábitos al miccionar o defecar:
  • Al miccionar: nunca dejar de respirar, hacer respiraciones profundas, no arquear o doblar la espalda y mantenerla recta pero sin tensión, no correr ni ir con prisas al baño (aunque esto suponga orinar con el bebé en brazos en la mayoría de las veces).
  • Al defecar: nunca dejar de respirar, hacer respiraciones profundas, no arquear o doblar la espalda y mantenerla recta pero sin tensión, utilizar un taburete para apoyar los pies y si en algún momento se siente la necesidad de empujar, que al menos sea sacando el aire haciendo el sonido de una S con los labios para resistir la salida del aire.

Aunque todos estos consejos pueden ayudar a proteger el suelo pélvico y a reducir las pérdidas de orina, es importante que la mujer acuda a un fisioterapeuta de suelo pélvico para valorar que se realiza los ejercicios de forma correcta. 

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