Una vez nos hemos extraído leche, es necesario guardarla para garantizar una óptima conservación y no todos los recipientes son válidos para ello. A pesar de que existe mucha controversia acerca de cuál es el material ideal para conservar la leche materna, en realidad da igual si usamos plástico o cristal. Es cierto que hay sustancias que se adhieren a uno u otro pero es algo irrelevante puesto que la alimentación principal del bebé suele seguir siendo el pecho directamente. Solo en el caso de que nuestro bebé tuviera alguna enfermedad concreta y grave que hiciera necesario controlar el nivel de determinadas sustancias, se debería valorar elegir uno u otro.

Recipientes para conservar la leche materna

En el mercado existen diversos envases diseñados especialmente para conservar la leche materna: bolsas y recipientes específicos. También podemos usar envases que aunque no han sido creados para almacenar leche materna, sirven perfectamente para este fin.

Si los recipientes no han sido pensados para contener leche materna deben cumplir estos requisitos:

• Ser de boca ancha, para facilitar la limpieza y evitar que queden restos de leche que puedan ser fuente de contaminación.
• Si seleccionamos un envase de plástico, debe ser de uso alimentario. Lo sabrás porque en la parte inferior del recipiente podrás observar el símbolo de “apto para uso alimentario”, que es un tenedor y una cuchara. Este símbolo te asegura que el plástico que han usado para la fabricación del recipiente es seguro.
• Si seleccionamos tarros de cristal se pueden usar siempre y cuando la rosca para cerrarlos no tenga óxido.

Una alternativa bonita y barata

En casa seguro que encuentras recipientes que cumplan las anteriores normas y hay algunos que quizá te sorprendan, como las bolsas de congelación de alimentos o las bolsas para hacer cubitos de hielo caseros. Estas bolsas son más baratas que las bolsas específicas y, a la hora de descongelar, permiten usar la cantidad exacta (en forma de cubitos de hielo) que pensamos que el bebé puede necesitar, evitando de esta manera malgastar la leche. Estas bolsas no son aptas para descongelar al microondas o para descongelar en agua caliente. Así que para calentar la leche es necesario perforar la bolsa, extraer los cubitos de leche y calentar en otro recipiente.

Los botes de análisis de orina que antes se solían usar para este fin están desaconsejados, especialmente porque el plástico que se usa para su fabricación no es de uso alimentario, y también porque los productos que usan para esterilizarlo son tóxicos.

Recipientes diseñados para conservar leche materna:

En el mercado existen diversas marcas que fabrican botes y bolsas específicos para la conservación de leche, podrás elegir la que mejor se adapte a vuestars necesidades.

• Han sido diseñados para contener específicamente leche materna.
• La mayoría de botes y bolsas se adaptan al sacaleches de la misma marca, lo que permite refrigerar o congelar la leche de manera muy sencilla.
• Los botes son reciclables.
• Según el envase elegido, puede ocupar menos espacio en el frigorífico
• Son fiables: las bolsas suelen ser de doble capa y los botes son fáciles de enroscar y evitar derramar leche.
• Incluyen un espacio para indicar la fecha de extracción.

En resumen, como casi todo en la lactancia, debemos ir escogiendo las opciones que mejor se ajustan a nuestras necesidades.

 

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